Batalla de Nueva Angor

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La batalla de Nueva Angor forma parte de la Gran Guerra y no debe confundirse con la batalla de Angor durante la Guerra Espúrea.

Batalla de Nueva Angor.jpg

Fue la última batalla importante de la Gran Guerra, y marcó el final de la Tercera Edad.

El ejército de Udukán atacó la ciudad de manera devastadora, dirigido por Ma'kaan, que pereció durante la batalla a manos de Sir Renné Le Chateau, Gran Maestre de los Heraldos del Amanecer, provocando la retirada de sus tropas.

Las consecuencias de esta batalla repercutieron más allá de las fronteras de Aldor.

Movimientos previos a la batalla final

  • Las fuerzas aldorianas, a estas alturas del largo conflicto, estaban muy reducidas. La mayor parte del ejército pertenecía al frente occidental, el menos castigado, que debido a la Rebelión de Litiak, se había mantenido alejado durante más tiempo de las grandes batallas. El resto del contingente aldoriano eran civiles refugiados llegados de todos los lugares del reino y los territorios fronterizos.
  • La defensa del frente occidental era complicada. Litiak estaba en una posición poco defendible, por lo que la ciudad fue abandonada y concentrando todas las defensas tras los muros de Angor.
  • La ciudad de Angor comenzó a estar superpoblada, se hicieron ampliaciones y reestructuraciones dentro de las murallas, aunque debido a la situación bélica no fueron lo suficientemente efectivas.
  • El cementerio fue trasladado, se desconoce qué fue de la cripta maldita donde las leyendas dicen que moraba la Dama Necress.
  • Se ampliaron y reforzaron las murallas anticipándose a la última batalla.
  • Los barcos partieron repletos de refugiados hacia las Islas de Leit, un archipiélago que había sido descubierto poco tiempo atrás.
  • El primer alcalde de Angor, Idaho Neriesh fue el encargado de controlar burocraticamente a toda la población posible.
  • El Archimago Valraen hizo construir la Torre Glenn dentro de los muros de la ciudad. Se utilizaron piedras del palacio de Litiak, y casi una tonelada de plata. La mano de obra extra, dada la gran cantidad de gente sin ocupación, así como el uso de magia, ayudaron a construirla en muy poco tiempo.
  • El nigromante Daegan, señor de una parte de los ejércitos enemigos, se presentó a las puertas de la ciudad, dispuesto a ser él quien la destruyese. Allí se enfrentó a los tres últimos archimagos que quedaban en Aldor, las tres caras del destino representadas por la legalidad de Schalabuffo de Txalaxa, la neutralidad de Valraen Glenn, y el caos de Nüin Ha-li. Cada uno se esforzó al máximo y, uniendo sus fuerzas, antaño rivales, vencieron al poderoso nigromante.

La batalla de Nueva Angor

  • El ejercito uduki barrió Litiak sin contratiempos, a pesar de que la ciudad había sido preparada con trampas y barricadas que permitieran la retirada de los exploradores aldorianos allí apostados hacia Angor.
  • Las puertas de Angor se cerraron y reforzaron mágicamente. Las calles se vaciaron de civiles, que se refugiaron en subterráneos y casas bien protegidas.
  • Los magos y hechiceros cedieron su poder al Archimago Valraen para realizar un poderoso ritual en la cúpula de la Torre Glenn, convirtiendo la torre en un arma clave durante la batalla. Desde la torre, los arcanos pudieron destruir las armas de asedio enemigas, así como gran parte de los chamanes orcos y hechiceros que actuaban desde la retaguardia.
  • No solo aldorianos lucharon en la defensa de la ciudad, también enanos, veolianos, yag, e incluso algunos contios. Todos los que habían huido del ejército de Udukán durante la guerra, lucharon por ver sobrevivir los restos del Reino de Aldor.
  • Los fieles de Trako habían preparado aquella guerra durante mucho tiempo. El enemigo no solo era numeroso, también era muy fuerte. Incluso el legendario guerrero Akhatos, luchaba como uno de los generales del caudillo Ma'kaan.
  • Los Heraldos del Amanecer, apostados en Angor tras la caída del Bastión, y comandados por la Senescal de la Orden, Lady Nuriel Delacroix, se encargaron de facilitar en lo posible la tarea de su Gran Maestre; éste, ayudado por valientes y leales guerreros, se abrió paso entre las filas enemigas para enfrentarse cara a cara con Ma'kaan.
  • Durante el enfrentamiento, Sir Renne pronunció una palabra de poder, un tipo de magia muy antiguo que, usado en el momento oportuno, destruyó a Ma'kaan y al propio Gran Maestre.
  • Los relatos de la batalla cuentan que el tiempo se detuvo por unos instantes tras la muerte de Ma'kaan.
  • El ejército de Udukán pasó a estar bajo la orden directa de Akhatos que, para sorpresa de los presentes, se limitó a sonreír mirando hacia los estupefactos combatientes aldorianos y desapareció. Demonios, orcos y todas las fuerzas enemigas restantes huyeron de Angor, libres del mando de sus señores y abandonados a su suerte.

Consecuencias

Angor resistió, aunque no sin de problemas. Harían falta muchos años para que la ciudad se recuperase del todo.

El resto del reino había caído. Aunque la guerra finalizó y ni Akhatos ni ningún otro caudillo volvió para continuarla, los udukis se quedaron. Organizados en tribus y liderados por caudillos leakhán, viven desde entonces por todo Aldor. Los demonios que quedaron con vida después de la guerra se ocultaron, y cada uno fue tejiendo sus propias ambiciones. Se dice que Neh'kor, que mató a Markus en Bassara, permanece en esta ciudad al mando de un contingente del oscuro formado por demonios y otras aberraciones.

Debido a la superpoblación de Angor, muchos de los refugiados fueron expulsados de la ciudad. Tassianos, veolianos, lombog e incluso aldorianos, tuvieron que forjar su propio y difícil camino fuera de las murallas, convirtiéndose en los actuales norteños.

Pero lo más importante, aquello que definitivamente indujo a contar los años desde ese día y a dar comienzo a la Cuarta Edad, fue que la magia, desde que Sir Renné Le Chateau utilizase el último Nombre, desapareció. Los objetos mágicos dejaron de serlo. Los magos dejaron de conjurar. Muchos hechiceros murieron de a causa de la locura o la tristeza. Los clérigos, druidas, chamanes y demás gente que utilizaba poderes por medio de magia indirecta (Dioses, naturaleza, espíritus), tardaron aun varias lunas en ver como sus poderes y vínculos con los entes superiores se perdían también. El Advenimiento de la Niebla fue completo y la magia murió sin saber si volvería a resurgir ni cuándo lo haría.