Líber

Aunque no tan próspero como el de Sitene, el puerto de Líber es concurrido y muy comercial.

Su dominio sobre el estrecho lénico es crucial para el comercio de sus habitantes, y la lucha por el control de éste es voraz y salvaje.

La piratería en las costas de Líber es constante; muchos barcos piratas son financiados por mercaderes para que asalten los barcos mercaderes de la competencia. En alguna ocasión, los barcos de Líber han sido contratados incluso como corsarios por algún rey con pocos escrúpulos contra reinos rivales.

La gran productividad de Lenya y la lejanía de Líber respecto a los demás puertos comerciales contios son la causa de su débil exportación de mercaderías, y de una constante lucha comercial.

Muchos comerciantes libereños optan por llevar las mercancías por tierra a Sitene para evitar encuentros fatídicos con piratas. Sin embargo se rumorea de la existencia de piratas en el río Deros, que asaltan el puente de camino a Sitene.

Su lejanía con los ríos y bosques hace que los líbereños se dediquen principalmente al comercio marítimo y la pesca. Y la ciudad se amplía únicamente por la costa. Son comunes las casas en los más altos arrecifes; los más pobres acostumbran a vivir en pequeños bloques de casas frente a las playas más lejanas al puerto.