Palindro

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Dicen que las aguas que salen de Palindro otorgan dones mágicos

Si hay un bosque que nutre de leyendas todos los demás, ese es Palindro. Ubicado entre las estepas tassianas y las llanuras de veolianas, el gran bosque recibe el nombre por sus enormes y apreciados árboles, los palindros, cuya madera es muy apreciada.

Poco se sabe del origen de Palindro salvo que hay muchos mitos alrededor de su origen. El más extendido narra como Sarra regaló este bosque virgen a su hija Vryllia, pero la joven diosa rehusó el presente entregando la foresta a su leal loba sombría Gon’diren como hogar y territorio de caza. Aunque sea esta la historia más extendida, no hay ninguna certeza en ella, pues sus druidas no permiten que nadie se interne en los secretos de las zonas más profundas.

Grande y misterioso, ya que pocos se han aventurado más allá de los senderos que lo bordean. Los druidas que viven en él protegen a los árboles y, a cambio, fabrican y venden objetos con la madera que el bosque les entrega. No obstante, algunas leyendas circulan, que mencionan extrañas criaturas que habitan el bosque, seres antiguos de tierra y savia, que defienden sus territorios contra cualquiera que ose adentrarse, sea éste maligno o bondadoso.

Historia

Palindro apenas incidió en la historia salvo por sus exóticas artesanías y expediciones fracasadas de ambiciosos exploradores. Pero a finales de la Tercera Edad el archinigromante Daegan, imbuido con la magia de Ruballa, maldijo el bosque marchitándolo dramáticamente hasta matar todo rastro de vida en él. La herida en la naturaleza fue tan grande de todos los druidas de Mundo sintieron morir parte de si mismos.

Durante buena parte de la Cuarta Edad Palindro fue un campo de cenizas estéril, pero en el año 412 C.E se constataron los primeros brotes verdes después de cuatro siglos sin vida. Muchos druidas se vieron atraídos por este acontecimiento, protegieron esos primeros síntomas de recuperación y lo alimentaron. Este renacer coincidió con el fin de la Niebla y el gradual regreso de la magia al mundo.

En la actualidad Palindro dista mucho de su frondosa foresta, pero los árboles crecen rápido y un nuevo bosque ha nacido de las cenizas del anterior. Aunque apenas llega a un tercio de lo que una vez fue, la Hermandad del Renacimiento lo protege con fanatismo, esperando que, una vez más, el lugar bendecido por Sarra regrese una vez más.



El musgo recubre los milenarios troncos en Palindro