Diferencia entre revisiones de «Gnomos nirfagueños»

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Los nirfagueños son una colonia de origen meronés que se asentó hace muchos siglos en los confines de las praderas veolianas, al sur de [[Sirdaria]] y junto a los pantanos de [[Cheng]], donde fundaron la ciudad de [[Nirfaganti]].
Los nirfagueños son una colonia de origen meronés que se asentó hace muchos siglos en los confines de las praderas veolianas, al sur de [[Sirdaria]] y junto a los pantanos de [[Cheng]], donde fundaron la ciudad de [[Nirfaganti]].

Revisión del 13:57 9 may 2020

Nota: Esta raza es jugable en Aldor.

Los nirfagueños son una colonia de origen meronés que se asentó hace muchos siglos en los confines de las praderas veolianas, al sur de Sirdaria y junto a los pantanos de Cheng, donde fundaron la ciudad de Nirfaganti.

Nirfaganti es una ciudad volcada al comercio, que procura mantenerse neutral en los conflictos bélicos de sus vecinos, y florecer vendiendo mercancías en tiempos de guerra y de paz.

En las tiendas y almacenes de Nirfaganti es posible encontrar objetos de cualquier rincón de Mundo, en especial licores. Los nirfagueños son por tanto expertos artesanos y comerciantes. Para ellos no hay peor crimen que el robo.

Los nirfagueños visten ropas anchas de colores, aunque no tan llamativas como los meroneses. Untan sus cabellos con una arcilla de color azulado, lo que les otorga un distintivo reflejo que los identifica.

Breve historia

Procedencia

Descripción y personalidad

Relaciones con otras razas

Rasgos raciales

Ajustes a las características: +1 Inteligencia, +1 Carisma, -2 Fuerza. Los nirfagueños confían más en sus inventos, artilugios y labia para protegerles que en la mera fuerza bruta.
Pequeño: Como criaturas pequeñas que son, los gnomos obtienen un bonificador +1 de tamaño a la Clase de Armadura, un bonificador +1 de tamaño a las tiradas de ataque y un bonificador +4 de tamaño a las pruebas de Esconderse, pero deben usar armas de tamaño menor a las humanas y la carga que puede transportar es de tres cuartas partes la de un personaje mediano.
Afinidad con diplomacia: Bonificador racial +2 a las pruebas de Diplomacia. Los nirfagueños están habituados a tratar con todo tipo de razas y culturas.
Afinidad con engañar: Bonificador racial +2 a las pruebas de Engañar.
Afinidad con saber popular: Bonificador racial +2 a las pruebas de Saber Popular.
Hábil: Obtienen 4 puntos de habilidades adicionales en nivel 1, más 1 punto de habilidad adicional en cada nivel subsiguiente.
Oficios: Por determinar.
Clase predilecta: Por determinar.
Clases prohibidas: Por determinar.
Requisitos especiales: Por determinar.
Puntos de Rol: Por determinar.
Ajuste de experiencia: Por determinar.

Idioma

La lengua de los nirfagueños es el meronés, pues han conservado la mayoría de los términos debido a la poca dispersión de la comunidad de Nirfaganti.

Sin embargo, la entonación ha variado enormemente y se han añadido muchos vocablos de las lenguas circundantes.

Los nirfagueños tienen una gran facilidad para aprender nuevos idiomas y formas de comunicación, así que incorporaron las palabras y sonidos que más gustaban de cada lengua y las mejoraron a su gusto.

Algunos eruditos afirman que la lengua de Nirfaganti fue un regalo de los dioses y que de ella viene su soltura a la hora de comerciar, pues tiene un matiz que la hace casi poética y hasta la más larga lista de insultos en boca de un nirfagueño parece una balada.

Si llevas un nirfagueño

¿Quiénes somos los nirfagueños?

Fundadores de la ciudad-estado de Nirfaganti, ciudad franca y el centro mercantil más importante del continente oriental. Gestionamos la ciudad, y nos aventuramos allí donde ningún mercader se atreve a llegar. Nuestro arrojo nos ha hecho famosos y ricos, aprendiz. Recuerda: Nirfaganti es comercio en estado puro, cuando cruces sus puertas deja de lado la moral y la ética, de poco te van a servir, y concéntrate en las ganancias.

¿Cómo somos los nirfagueños?

En palabras de un mercader halaii somos depredadores. Así es, aprendiz, somos depredadores. El comercio es una guerra como cualquier otra: la sangre perdida es el oro perdido y la victoria no son nuevas tierras sino nuevos mercados. La ley de Nirfaganti es la de la oferta y la demanda, todo es válido para obtener beneficio mientras el juego sucio no sea visto por la autoridad marcial del burgo.

¿Qué sabemos los nirfagueños del mundo?

Ay, aprendiz. Muchos dicen que los exploradores y los eruditos son los que más saben del mundo. Se equivocan. Somos nosotros, los nirfagueños quienes como comerciantes sabemos más que cualquier otro. El aceite eyneo, la artesanía lénica, la metalurgía levonesa o el tinte halaii, los productos de las tierras donde comerciantes nos dicen más de su pueblo que las aburridas palabras de sus oradores.

¿Desde cuándo somos un pueblo los nirfagueños?

Cuando nuestros esforzados primos meroneses aún eran un grupo disperso de aldeas y ciudades-estado, los primeros nirfagueños partieron de Merón y se aventuraron hacia el corazón del continente. A orillas del lago Cheng fundaron su asentamiento, creció por el comercio con las viejas tribus veolianas y fue enriqueciéndose atrayendo mercaderes de muchas tierras. Tal es nuestra importancia hoy, que incluso el poderoso imperio de Udukán mantiene intacta nuestra soberanía. El dinero es el verdadero poder que mueve el mundo, aprendiz.

¿Dónde se extienden las tierras de los nirfagueños?

Nuestra ciudad-estado Nirfaganti es el único lugar donde gobernamos. Por el resto del mundo poseemos una extensa red de puestos comerciales, colonias mineras y madereras. Aunque nuestro territorio es pequeño, nuestra riqueza es tan grande como el de cualquier reino, pero por desgracia gran parte de nuestra riqueza pasa por pagar el tributo al imperio de Udukán, aprendiz. Un precio a pagar por nuestra independencia y nuestro libre mercado.