Diferencia entre revisiones de «Tarel»

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Durante la batalla por la reconquista de Sirdaria Tarel encontró la muerte a manos de [[Svaard]], el Gran Gusano de Londaer, dando así su último aliento de nuevo a la causa aldoriana, que había acudido en auxilio de los enanos grises. Fue vengado por [[Aidel]] en esa misma batalla, que acabó con [[Svaard]] en una titánica lucha en los cielos.
Durante la batalla por la reconquista de Sirdaria Tarel encontró la muerte a manos de [[Svaard]], el Gran Gusano de Londaer, dando así su último aliento de nuevo a la causa aldoriana, que había acudido en auxilio de los enanos grises. Fue vengado por [[Aidel]] en esa misma batalla, que acabó con [[Svaard]] en una titánica lucha en los cielos.
 
[[Categoría:Dragones Primigenios]]
[[Category:Dragones]]

Revisión actual del 21:45 24 abr 2021

Nota: En revisión.

El Guardián

  • Tipo: dragón dorado.
  • Género: macho.
  • Edad: Dragón Adulto(muerto).
  • Alineamiento: bueno.
  • Guarida: catacumbas del Bastión de los Heraldos del Amanecer, en el reino de Aldor.

Aunque una de las características más comunes en Crisobia era su terquedad y aislamiento del resto del mundo, causa por la cual nadie nunca había visto a un dragón dorado, su carácter bondadoso permitió que sus hijos pudieran tener contacto con las civilizaciones que se alzaban y caían en el mundo. Entre ellos, el primer dragón dorado nacido después del cataclismo de la Gran Isla fue Tarel, el Guardián.

Este dragón de escamas de oro nació en los convulsos tiempos previos a la fundación del Reino de Aldor. Aunque en principio no debería tener relación alguna con ese hecho, la sierpe terminaría convirtiéndose en alguien muy próximo al futuro pueblo aldoriano.

Tarel era aún un dragón joven, pero dotado de un gran poder de convicción por su juventud. No llegó a ser tan sabio como sus hermanos o primos mayores; aun así este hecho no evitó que participase activamente, aunque en la distancia, en eventos significativos del reino humano.

Llegando a finales de los tiempos oscuros aldorianos tras la Gran Invasión de los orcos negros, la luz de una nueva esperanza empezó a vislumbrarse en el azotado reino. Después del exterminio de la Orden de la Mano de Plata nadie se había atrevido a retomar el noble ideal eldorita, hasta que un grupo de paladines liderados por el yagûl Noghasar Elethwê fundaron la nueva Orden de los Heraldos del Amanecer. Interesado en el proyecto, el dragón quiso probar la bondad de alguno de sus caballeros y al acercarse con la forma de un anciano decrépito, enfermo y débil puso a prueba a uno de los nuevos servidores de la Luz.

Cuentan las historias que Tarel se presentó en dicha forma al caballero Ethan Ashamont, el cual lo acogió y cuidó durante diez días y diez noches sin preocuparse por nadie más. Viendo el puro corazón del paladín Tarel recobró la forma original de su cuerpo ante los atónitos ojos de sir Ethan. El dragón le ofreció convertirse en el guardián del Bastión de la Orden y así fue. Profundamente conmovido por el paladín, Tarel se convirtió en el protector del Bastión de los Heraldos del Amanecer. Como guardián, el dragón de oro combatió valientemente a favor del reino en famosas batallas como la del Asedio del Bastión de los Heraldos por parte de las legiones numa de Shaek Mazaadam o en la Batalla de Zant durante la Guerra cali’nurak.

Durante la batalla por la reconquista de Sirdaria Tarel encontró la muerte a manos de Svaard, el Gran Gusano de Londaer, dando así su último aliento de nuevo a la causa aldoriana, que había acudido en auxilio de los enanos grises. Fue vengado por Aidel en esa misma batalla, que acabó con Svaard en una titánica lucha en los cielos.