Grazor

el Fracasado

Muerto en 13 aA.

Grazor ha pasado a la historia como el archienemigo del rey Aldor, pues reinaba en Udukán en los años del desembarco de los humanos procedentes de Eynea.

Grazor fue un demonio de Trako venido del norte, probablemente del Utamaro. Pese a no contar con la enorme fortaleza física de otros demonios, Grazor era astuto y capaz, dotado de gran capacidad para la estrategia militar y hábil luchador con el espadón, aunque su mayor poder estaba en sus ojos. Su mirada de fuego como las profundidades del infierno infundía temor y lealtad en sus siervos.

Grazor ya atormentaba los sueños de los Umi desde hacía siglos, pero cuando todos los valles del Lames fueron conquistados y la capital orca fue establecida en Uduk por Uoak el Astuto fue cuando Grazor comenzó a despuntar como líder militar.

Finalmente, cuando la anarquía reinó en todo el norte y los clanes de orcos peleaban entre ellos, Grazor se alzó con el poder y se instaló como rey de toda la horda. Previsor como era, quiso asegurar los suministros de metal y armas, para lo que mandó construir enormes torres de vigilancia en las Minas de Vindranath.

Tras 55 años de reinado, Grazor tuvo que enfrentar la llegada de Aldor y su ejército. Grazor manejó bien sus tropas, organizando la defensa de manera correcta, por lo que su apodo de Fracasado es quizás algo injusto, pero los primeros años de guerra le fueron adversos.

El rey Aldor, acosado por las tropas orcas en el este y por los lombog en el norte, no tardó en firmar tratados de paz con estos últimos, además de aliarse con los yags. Aún así, esto no hubiera sido suficiente para frenar el ataque orco, pero un nuevo aliado salvó a los humanos en el peor momento, acorralados como estaban contra el mar. Los leitnas, criaturas acuáticas de la ciudad sumergida de Leit-Ang, acudieron en auxilio de humanos y elfos, y sembraron las playas de cadáveres de orcos y udukis.

A pesar de estas derrotas, muchos historiadores consideran que Grazor hubiera ganado la guerra, teniendo en cuenta los inmensos refuerzos de que disponía al este y al norte, el constante suministro de armas, y los escuadrones de élite que aguardaban en Kadún. Hubiera ganado, de no haber muerto. Durante el sitio de Uduk, Grazor fue retado por el príncipe élfico Vanuyel Vië, héroe y líder de los yag, y fue abatido tras un duro y reñido duelo.

La muerte de Grazor fue fatal para el reino de Udukán, que cayó en la desorganización y el caos. Los humanos y elfos avanzaron hasta el Lames, y los sirdarios se unieron a la guerra expulsando definitivamente a los restos orcos. Tras doce largos años de guerra se selló el Paso de los Dragones y el reino de Aldor quedó fundado.