Dalias de Aidur

Dalias de Aidur, también conocido como Sir Dalias o el Portaestandarte de Valdaes es un personaje histórico que vivió durante la segunda edad del Reino de Aldor. De orígenes humildes, sus innumerables contribuciones a la defensa del reino le otorgaron el ennoblecimiento por parte del Duque de Valdam, quien le concedió el título de caballero así como el señorío y las rentas sobre la Villa de Aidur.

Posteriormente se le concedió el privilegio hereditario de portar el estandarte del Ducado de Valdaes allá donde éste acudiese a la batalla, así como en las apariciones públicas del duque.

En la actualidad existen bastantes hechos históricos o fantásticos que la hagiografía atribuye a Sir Dalias sin que éstos sean hechos demostrados. Por todo ésto la figura de Dalias de Aidur se ha convertido en un personaje semilegendario, sobre todo entre las clases más humildes que ven en la vida de Sir Dalias un ejemplo de superación y de la posibilidad de que alguien nacido plebeyo consiga ascender socialmente hasta la nobleza.

Orígenes

Los orígenes de Dalias fueron muy humildes. Sus padres trabajaban como jornaleros en la villa de Aidur y del mismo modo lo hacía el joven Dalias desde muy temprana edad.

Su familia pereció en un incendio ocurrido en el almacén de grano de Aidur, donde se hayaban trabajando. De ese modo y a la edad de quince años tuvo que comenzar a intentar valerse por sí mismo. Recogió sus exíguas pertenencias donde se encontraban poco más que harapos y la vieja guadaña oxidada de su padre y viajó hacia el pueblo próspero de Sader, más al sur.

Allí estuvo un tiempo ayudando en la recogida de la mies a cambio de poco más que comida y un jergón donde poder descansar durante la noche. Pocos meses después Dalias conoció a un hombre devoto que cambiaría su vida, el clérigo de Eldor Sant Marlias, el joven.

Sant Marlias, viendo que el corazón de Dalias era justo y fuerte, así como su robusto brazo decidió acogerlo como discípulo y tutorizarlo, de esa manera le enseñó entrenamiento marcial, le enseñó a defender la justicia y la verdad y sobre todo le dió lo que sería la capacidad más importante para Dalias: le enseñó a leer.

Dalias comenzó una obsesiva búsqueda de cuanto libro pudiese encontrar por todos los confines del reino y se convirtió en un joven culto y sabio al mismo tiempo que progresaba en el camino de las armas.

Cuando tuvo la edad mínima para incorporarse al ejército se alistó y cumplió con todas las oligaciones castrenses con total devoción arriesgando su vida para la defensa del reino en innumerables ocasiones.