Diferencia entre revisiones de «Litiak (ciudad)»
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El palacio era una soberbia construcción que recreaba la elegancia de las grandes ciudades eyneas, pero que armonizaba con el marco natural del bosque en una serena combinación de jardines, agua y arquitectura. Desde los altos miradores de terrazas y almenas, podía divisarse el estuario del [[Lames]] al atardecer, una de las más hermosas vistas del reino, fuente de inspiración para bardos y artistas. | El palacio era una soberbia construcción que recreaba la elegancia de las grandes ciudades eyneas, pero que armonizaba con el marco natural del bosque en una serena combinación de jardines, agua y arquitectura. Desde los altos miradores de terrazas y almenas, podía divisarse el estuario del [[Lames]] al atardecer, una de las más hermosas vistas del reino, fuente de inspiración para bardos y artistas. | ||
Elegantes tiendas, vendedores ambulantes y bulliciosas tabernas, llenaban las calles. La ciudad contaba también con otro tipo de atractivos, como su famosa arena de combate, Martillo y Maza, que servía de entretenimiento a propios y extraños. Era un lugar donde los más grandes guerreros del reino se enfrentaban entre sí, o contra temibles bestias traídas desde los más remotos lugares de la geografía de Mundo. | Elegantes tiendas, vendedores ambulantes y bulliciosas tabernas, llenaban las calles. La ciudad contaba también con otro tipo de atractivos, como su famosa arena de combate, ''Martillo y Maza'', que servía de entretenimiento a propios y extraños. Era un lugar donde los más grandes guerreros del reino se enfrentaban entre sí, o contra temibles bestias traídas desde los más remotos lugares de la geografía de Mundo. | ||
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Revisión del 18:26 19 feb 2013
TEXTO EN REVISIÓN
La ciudad de Litiak fue fundada en el año 110 d. A. por el rey Mardon I. Situada al final del Camino del Sur, se convirtió en la capital del Ducado Meridional, dominio de la noble Casa de Litiak.
En un primer momento, se concibió como villa de verano de la Casa Real, pero la riqueza de sus territorios propició el desarrollo de una magnífica ciudad en torno al palacio, famosa por su lujo, la manufactura de ricas telas y paños, los excelentes vinos y la calidad de sus licores espirituosos.
Litiak era una ciudad de altas y blancas murallas de piedra; se distinguían en su interior tres zonas diferenciadas: el palacio, la zona militar y la ciudad propiamente dicha, todas ellas unidas por medio de plazas llenas de parterres, fuentes y estanques.
El palacio era una soberbia construcción que recreaba la elegancia de las grandes ciudades eyneas, pero que armonizaba con el marco natural del bosque en una serena combinación de jardines, agua y arquitectura. Desde los altos miradores de terrazas y almenas, podía divisarse el estuario del Lames al atardecer, una de las más hermosas vistas del reino, fuente de inspiración para bardos y artistas.
Elegantes tiendas, vendedores ambulantes y bulliciosas tabernas, llenaban las calles. La ciudad contaba también con otro tipo de atractivos, como su famosa arena de combate, Martillo y Maza, que servía de entretenimiento a propios y extraños. Era un lugar donde los más grandes guerreros del reino se enfrentaban entre sí, o contra temibles bestias traídas desde los más remotos lugares de la geografía de Mundo.