Norf

Estampa de Norf

El pueblo de Norf fue un antiguo puesto fronterizo encargado de controlar a las tribus lombog. Lo estableció el propio Aldor I al año de su llegada al continente. Era el punto final del Camino del Norte, limítrofe con las frías estribaciones de Hyan, que dan paso a las llanuras de Lomber.

La baronía de Norf, por su particular ubicación fronteriza, pertenecía a los denominados Territorios del Rey, dependiendo directamente de la corona. Solamente en momentos puntuales funcionó por delegación bajo el control de la noble casa de Norf o Norve, de quienes tomó nombre el lugar.

Con el paso de los años se convirtió en un floreciente centro peletero, lugar de reunión de tramperos y cazadores. La importancia comercial, por la manufactura de prendas de abrigo, hizo que existieran rutas caravaneras y servicio de postas directo con la capital, Ymber, haciendo del Camino del Norte en una vía muy transitada pese a los rigores del clima. Conocido en todo el reino era también su templo dedicado a Vryllia, deidad protectora del asentamiento.

La Gran Guerra

Norf fue la primera plaza aldoriana devastada por la llamada Gran Guerra. Los sucesos que allí tuvieron lugar no han podido ser desentrañados. Se sabe que sufrió el ataque del nigromante Daegan y su ejército de no muertos. Poco pudo hacerse por salvar el lugar, los caídos en la zona no hallaban reposo, la tierra se volvió estéril y una tenebrosa bruma se alzó cubriendo toda la villa. Rápidamente corrió la noticia, Norf era un lugar maldito.

Desde su caída, Norf nunca fue recuperado por los defensores del reino. En la actualidad se desconoce cuál es la situación exacta en el norte, aunque algunos exploradores y aventureros hablan de asentamientos udukis y de escaramuzas poco exitosas por parte de tribus norteñas.