Valim

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Valim era en sus orígenes una rica zona de campos agrícolas perteneciente al ducado meridional y dependiente de la noble casa de Litiak. Aprovechaba los recursos que el nacimiento del río Uros, cercano a la zona, para el cultivo de hortalizas, cereales y viñedos.

En las lomas cercanas, entre el bosque y el nacimiento del río, estaba el monasterio de Zerth, un pequeño asentamiento de ascetas afincados en el Reino con permiso de la corona. Estaba dedicado a la vida contemplativa y se les relacionaba con el culto a Jaqoh, así como con las corrientes de pensamiento llegadas desde Kesa. Los habitantes del monasterio solían mantenerse alejados de los lugareños y es poca la información que se tiene sobre ellos.

La zona también era conocida por estudiosos y sabios debido a la presencia de unas extrañas ruinas descubiertas en tiempos de Harleth I, pertenecientes al llamado pueblo Umi. Estas ruinas eran parte de un antiguo cementerio y dieron origen a numerosas leyendas sobre el paraje, ya que el misterioso bosque en el que se encontraban había sido bautizado, mucho tiempo atrás, como el bosque de las almas perdidas.

La aldea de Valim

Con el tiempo los caseríos de labranza fueron creciendo, y el tránsito de viajeros y curiosos dio origen a la primera posada, aunque Valim no obtiene el reconocimiento como aldea hasta el reinado de Haldir V. Fue precisamente este rey quien crea el título y tierras de la Baronía de Valim, otorgadas al Capitán Beornulf Villancourt por méritos militares hacia el final de la Tercera Edad.

La Gran Guerra

La aldea de Valim se mantuvo en relativa calma hasta la última etapa de la guerra. Fue desalojada al tiempo que Litiak y sus habitantes, salvo los ascetas del monasterio, se refugiaron en Angor. Se sabe que los ascetas huyeron hacia las montañas, donde se refugiaron.