Angor
Nota: Página en proceso de actualización. Información a revisar. La ciudad de Angor / Nueva Angor está destruida actualmente.
El pueblo de Angor fue un asentamiento aldoriano, fundado por el rey Aldor I, a finales de la Segunda Edad. Se encontraba en una bahía del mismo nombre, en el extremo sur de la Costa de Aquende, junto a la desembocadura del río Valim.
Orígenes
Según los escritos de Caeneras el viejo, basados en las Crónicas de Mel Angöre, la ubicación de Angor se correspondía con la del primer asentamiento Eyneo en las costas del Continente oriental; una pequeña colonia establecida siglos antes de la fundación del Reino de Aldor.
El antiguo asentamiento de Mel Angöre, Refugio del Mar en eyneo, fue fundado durante el reinado de Casoos III, por Telenis el Navegante, como punto de aprovisionamiento de las rutas comerciales hacia Halayad. Las antiguas crónicas hablaban de una región habitada por tribus de hombres pequeños y oscuros a los que se conocía como umi.
En el enclave eyneo se establecieron colonos, que vivieron en allí durante casi doscientos años; pero en el momento en el que la expedición de Aldor llegó a las costas, habían transcurrido más de nueve siglos desde la última vez que se tuvieron noticias de la colonia. Se habló de una amenaza llegada desde el este, también de un cataclismo, lo cierto es que el asentamiento comercial quedó destruido y abandonado hasta que allí se levantó el pueblo de Angor.
Historia
Tercera Edad
La villa de Angor fue un importante puerto pesquero situado entre Ymber y Litiak, aunque su fama durante la Tercera Edad se debió sobre todo a que albergaba las Armerías Reales Aldorianas. Las armerías fueron fundadas en el año 399 d.A. por el rey Galdor I, apodado el Rey Herrero, y en ellas se fabricaron armas para el ejército aldoriano hasta el final de la Gran Guerra.
Formaba parte del Ducado Meridional, gobernado por la Casa de Litiak, que comprendía el litoral aldoriano desde Angor hasta el estuario del Lames, con capital en Litiak. No obstante, las Armerías Reales siempre dependieron directamente del rey.
Fue también un importante enclave comercial, con conexiones marítimas con otros puertos de la costa, tanto dentro como fuera de las fronteras aldorianas. Por su vinculación con el mar, contaba con el único templo en todo el reino dedicado a Leit, dios de las aguas.
En los tiempos de la Gran Guerra comenzó un proceso de transformación y ampliación de la villa, pues por su ubicación estratégica en la costa era más defendible que la capital del ducado, Litiak, que fue abandonada para concentrar todos los esfuerzos en las defensas angorianas. Este sería el germen de la ciudad de Nueva Angor.
Cuarta Edad
Nueva Angor fue la única ciudad del antiguo Reino de Aldor que sobrevivió a la Gran Guerra. Salvo por las aldeas de norteños y los pequeños asentamientos diseminados en los territorios del reino, Nueva Angor era último reducto civilizado. Un bastión de piedra y valor, levantado con tesón a partir de un antiguo pueblecito pesquero. Un rincón donde el tiempo se detuvo rememorando un pasado mejor, un símbolo, y el vestigio de aquellos eyneos que llegaron a estas costas a fundar una nueva patria.
Tras la Gran Guerra y la destrucción sufrida durante la batalla final, Angor siguió soportando el asedio de los ejércitos oscuros, aunque con periodos de tranquilidad suficientemente largos como para dejar que la población se desarrollara. La villa se remodeló y adaptó a las nuevas necesidades de sus habitantes, creció poco a poco convirtiéndose en una importante ciudad, que concentraba los restos de la civilización aldoriana, así como refugiados sirdarios y yag, que intentaban convivir con los humanos y a la vez mantener su identidad.
Gobierno
Con la muerte de Haldir V, la ausencia de un monarca legítimo llevó a las fuerzas vivas a instituir una nueva forma de gobierno, que mantuviera una relativa alternancia de las casas nobles en el gobierno y evitara las luchas internas entre ellas. El gobierno fue encargado a un Regente, que velaría por el bien de la ciudad, a la espera del legítimo heredero de la Casa Real de Sachais. Junto al regente, el Consejo de Nueva Angor se encargaba de dictar las leyes y dirigir la política exterior.
El gobierno de Nueva Angor tenía ante sí el difícil reto de conservar vivas las aspiraciones de reconquista, y a la vez mantener la moderación necesaria para no impulsar al enemigo a reorganizarse en un nuevo ataque a la ciudad. Con el paso del tiempo, en el extremo occidental del antiguo reino, los restos del ejército orco se habían disgregado y dado al pillaje, pero en las lejanas torres de Kadún seguía existiendo una maligna voluntad por exterminar la presencia aldoriana y señores oscuros con el suficiente poder como para comandar a las hordas.
Barrios y Distritos
Alrededor de la colina central la ciudad creció en diferentes barrios y distritos:
- Distrito central. Ocupando la colina junto al río estaban el Palacio del Regente, el templo de Eldor y la Escuela de Magia. Alrededor se alzaban las casas del barrio noble y edificios administrativos como el Ayuntamiento y el Cuartel.
- Puertas de la Ciudad. La zona de las puertas comunicaba la ciudad con el Camino Viejo, que en su día unía Ymber con Litiak.
- Barrio sirdario. Los enanos grises se agruparon al norte de las puertas, y allí construyeron sus viviendas y forjas.
- Barrio yag. Al sur de las puertas se estableció la comunidad de los señores élficos, refugiados de Yagerth tras el Exilio de las Hojas.
- Barrio de campesinos. Al norte de la ciudad vivían los granjeros y labriegos, cerca de los campos de cultivo que alimentaban a la población.
- Calle de los artesanos. Alrededor de esta larga avenida se agrupaban los talleres, tiendas y puestos de mercancía de los artesanos, comerciantes y tenderos de la ciudad.
- Puerto. La zona portuaria y pesquera de Angor siempre fue importante, como puerta de entrada al aprovisionamiento de pescado y como puerto de comunicaciones y comercio con otras tierras.
Los principales acontecimientos históricos sucedidos durante los primeros cinco siglos de existencia de la ciudad se recogieron en las Crónicas de Nueva Angor.