Hyan

La cordillera de Hyan es un gran macizo montañoso que recorre la parte septentrional del Reino de Aldor, de este a oeste, separándolo de la fría taiga de Lomber. Ha sido siempre la frontera entre los fértiles valles del Lames, y las frías planicies norteñas.

Al este de Hyan se halla el reino orco de Udukán y las Colinas Grises del pueblo sirdario, de las que queda separada por un angosto valle llamado el Paso de los Dragones.

Aunque el centro de la cordillera lo forman altos picos y sierras de blancura sempiterna, las laderas exteriores han estado habitadas casi siempre y, desde la separación del pueblo de los lomb, los hermanos mayores se adentraron en las montañas e hicieron de ellas su morada.

Además de los asentamientos humanos en las laderas del sur, existen en Hyan valles ocultos en los que las temperaturas más benignas permiten la existencia de pequeños oasis de verdor. Así es, según la leyenda, el valle del Lago de las Yfrienas, doncellas acuáticas que hechizan a los mortales con su canto. Y así es, también, el mítico valle de Sanglay, del cual casi nada se sabe.

En el noroeste de Hyan el dios Trako fundó antaño fraguas y hornos. Allí se alza el Utamaro, el volcán que, según algunos, penetra en la tierra hasta las oscuras moradas del Inframundo.

Entre los muchos ríos y arrollos que nacen entre sus cimas destaca el gran Lames y su pequeño afluente el Nomar, cuya fuente es la Torre de Basok, el frío Londrim y su afluente encantado, el Yfrim.