Diferencia entre revisiones de «Kalim el Archimago»

De Wiki de Aldor
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
m (Corrección ortográfica menor)
 
Línea 3: Línea 3:
Las crónicas lo describen como alguien de carácter severo y poco sociable que, obsesionado con la seguridad del reino, no reparaba en medios para conseguirla. Fue por ello por lo que ganó mala fama, pues no dudaba en aplicar la tortura con el fin de obtener una confesión. Su servicio al reino, sin embargo, no puede ponerse en duda.
Las crónicas lo describen como alguien de carácter severo y poco sociable que, obsesionado con la seguridad del reino, no reparaba en medios para conseguirla. Fue por ello por lo que ganó mala fama, pues no dudaba en aplicar la tortura con el fin de obtener una confesión. Su servicio al reino, sin embargo, no puede ponerse en duda.


Tanto él como sus pupilos se encargaban de poner fin a los usos no permitidos de cualquier tipo de magia, lo que es convertía en cazadores de aquellos magos y hechiceros que incumplían la ley.
Tanto él como sus pupilos se encargaban de poner fin a los usos no permitidos de cualquier tipo de magia, lo que les convertía en cazadores de aquellos magos y hechiceros que incumplían la ley.


Jamás se le conoció descendencia y, aunque algunos relatan que murió sepultado por una ola gigantesca durante la caída de Ymber, quienes lo conocían no dan crédito, pues jamás hubo un arcano con tanto poder.
Jamás se le conoció descendencia y, aunque algunos relatan que murió sepultado por una ola gigantesca durante la caída de Ymber, quienes lo conocían no dan crédito, pues jamás hubo un arcano con tanto poder.

Revisión actual del 00:45 7 feb 2013

Su nombre completo era Kalim Lutgen, archimago de la torre arcana de Ymber y miembro del Consejo Aldoriano en tiempos de Haldir V. Para sorpresa de muchos, este gran arcano era de raza enana.

Las crónicas lo describen como alguien de carácter severo y poco sociable que, obsesionado con la seguridad del reino, no reparaba en medios para conseguirla. Fue por ello por lo que ganó mala fama, pues no dudaba en aplicar la tortura con el fin de obtener una confesión. Su servicio al reino, sin embargo, no puede ponerse en duda.

Tanto él como sus pupilos se encargaban de poner fin a los usos no permitidos de cualquier tipo de magia, lo que les convertía en cazadores de aquellos magos y hechiceros que incumplían la ley.

Jamás se le conoció descendencia y, aunque algunos relatan que murió sepultado por una ola gigantesca durante la caída de Ymber, quienes lo conocían no dan crédito, pues jamás hubo un arcano con tanto poder.

Por desgracia, sus conocimientos arcanos, si es que llegó a ponerlos por escrito, se perdieron bajo las aguas que sepultan la ciudad de Ymber.