Diferencia entre revisiones de «Páramos Desolados»

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Los '''Páramos Desolados''' es el reino de ultratumba de [[Ruballa]]. Durante mucho tiempo fue un espacio vacío en el confín de la realidad relacionado con el vacío y el olvido, pero cuando la diosa de la muerte fue engendrada por el rencor de [[Trako]], la diosa tomó este lugar como su dominio convirtiéndolo en el lugar donde las almas de los difuntos viajan al morir.
Los '''Páramos Desolados''' son el reino de ultratumba de [[Ruballa]]. Durante mucho tiempo fue un espacio vacío en el confín de la realidad, relacionado con el vacío y el olvido; pero cuando la diosa de la muerte fue engendrada por el rencor de [[Trako]], la diosa tomó este lugar como su dominio, convirtiéndolo en el lugar donde las almas de los difuntos viajan al morir.


==Un lugar vacío==
==Un lugar vacío==


Los Páramos Desolados reciben su nombre de la imagen artística que los mortales hemos dado de ellos, una vasta extensión gris y vacía donde las almas recaban al morir si no son reclamadas por otro [[dios]]. En este reino inerte, Ruballa posee control y dominio sobre él, y es capaz de manipularlo a voluntad a costa de no ser capaz de abandonarlo. En cierto modo, la primera ''alma'' atrapada en este reino es la de Ruballa.
Los Páramos Desolados reciben su nombre de la imagen artística que los mortales han dado de ellos: una vasta extensión gris y vacía donde las almas recaban al morir si no son reclamadas por otro [[dioses|dios]]. En este reino inerte Ruballa posee total control y dominio, siendo capaz de manipularlo a voluntad, a costa de no ser capaz de abandonarlo. En cierto modo, la primera ''alma'' atrapada en este reino es la de Ruballa.


==Reino de los muertos==
==Reino de los muertos==


Con el nacimiento de Ruballa, las almas de los difuntos empezaron a viajar a los Páramo, conducidos ante la presencia de la diosa. Las almas contaban sus secretos y vivencias a Ruballa, y ella iba aprendiendo cada vez más cosas del mundo de los vivos. Los Páramos Desolados empezaron a cobrar nuevas formas de acuerdo con lo que iba aprendiendo, surgían ciudades, valles, montañas, incluso bosques fantasmales construidos parte a parte por las ideas que los vivos tenían de la muerte.  
Con el nacimiento de Ruballa, las almas de los difuntos empezaron a viajar a los Páramos, conducidas ante la presencia de la diosa. Las almas contaban sus secretos y vivencias a Ruballa, y ella iba aprendiendo cada vez más cosas del mundo de los vivos. Los Páramos Desolados empezaron a cobrar nuevas formas, conforme al diosa iba aprendiendo surgían ciudades, valles, montañas, incluso bosques fantasmales construidos parte a parte por las ideas que los vivos tenían de la muerte.  


A pesar de que los Páramos Desolados iban dejando de ser un lugar vacío, uno no olvida donde se encuentra y estos lugares son parodias de lo que son realmente. Las culturas de Mundo fueron configurando sus propias versiones del mundo de los muertos y el reflejo de esas creencias es lo que una alma encontrará cuando llegue frente a la incólume Ruballa.
A pesar de que los Páramos Desolados iban dejando de ser un lugar vacío, uno no olvida donde se encuentra y que estos lugares son parodias de la realidad. Las culturas de Mundo fueron configurando sus propias versiones del mundo de los muertos y el reflejo de esas creencias es lo que una alma encontrará cuando llegue frente a la incólume Ruballa.


==Frontera con el mundo onírico==
==Frontera con el mundo onírico==


Los Páramos Desolados limitan, en cierto modo, con el [[mundo onírico]], o espiritual. No existe realmente una geografía exacta de esa frontera, pues tanto los sueños como los Páramos no son lugares físicos reales. La representación más habituales entre los eruditos es la de los Páramos Desolados rodeando el mundo de los sueños, aunque la realidad, como ya hemos comentado, es bastante más compleja.
Los Páramos Desolados limitan, en cierto modo, con el [[mundo onírico]] o espiritual. No existe realmente una geografía exacta de esa frontera, pues tanto los sueños como los Páramos no son lugares físicos reales. La representación más habitual entre los eruditos es la de los Páramos Desolados rodeando el mundo de los sueños, aunque la realidad es bastante más compleja.


Debido a la frontera entre estas dos realidades, a veces algunas almas atraviesan el velo que las separa y se adentran en el mundo de los sueños. Estas almas errantes huyen, o se han perdido, del reino de Ruballa, en ocasiones se convierten en almas en pena, otras fantasmas y, en algunas ocasiones, espectros que atormentan a los vivos que buscan la manera de atravesar al mundo de los mortales desde el espiritual. Los [[Druida|druidas]] de la tradición de los [[Tradiciones druídicas#Guardianes de los Secretos|Guardianes de los Secretos]] suelen interactuar con estas almas descarriadas para ayudarlas a encontrar reposo o el camino de vuelta.
Debido a la frontera imprecisa entre estas dos realidades, a veces algunas almas atraviesan el velo que las separa y se adentran en el mundo de los sueños. Estas almas errantes que huyen o se han perdido del reino de Ruballa, a veces se convierten en almas en pena, otras fantasmas y, en algunas ocasiones, en espectros que atormentan a los vivos buscando la manera de volver al mundo de los mortales desde el espiritual. Los [[Druida|druidas]] de la tradición de los [[Tradiciones druídicas#Guardianes de los Secretos|Guardianes de los Secretos]] suelen interactuar con estas almas descarriadas para ayudarlas a encontrar reposo o el camino de vuelta.

Revisión actual del 23:59 11 jul 2020

Los Páramos Desolados son el reino de ultratumba de Ruballa. Durante mucho tiempo fue un espacio vacío en el confín de la realidad, relacionado con el vacío y el olvido; pero cuando la diosa de la muerte fue engendrada por el rencor de Trako, la diosa tomó este lugar como su dominio, convirtiéndolo en el lugar donde las almas de los difuntos viajan al morir.

Un lugar vacío

Los Páramos Desolados reciben su nombre de la imagen artística que los mortales han dado de ellos: una vasta extensión gris y vacía donde las almas recaban al morir si no son reclamadas por otro dios. En este reino inerte Ruballa posee total control y dominio, siendo capaz de manipularlo a voluntad, a costa de no ser capaz de abandonarlo. En cierto modo, la primera alma atrapada en este reino es la de Ruballa.

Reino de los muertos

Con el nacimiento de Ruballa, las almas de los difuntos empezaron a viajar a los Páramos, conducidas ante la presencia de la diosa. Las almas contaban sus secretos y vivencias a Ruballa, y ella iba aprendiendo cada vez más cosas del mundo de los vivos. Los Páramos Desolados empezaron a cobrar nuevas formas, conforme al diosa iba aprendiendo surgían ciudades, valles, montañas, incluso bosques fantasmales construidos parte a parte por las ideas que los vivos tenían de la muerte.

A pesar de que los Páramos Desolados iban dejando de ser un lugar vacío, uno no olvida donde se encuentra y que estos lugares son parodias de la realidad. Las culturas de Mundo fueron configurando sus propias versiones del mundo de los muertos y el reflejo de esas creencias es lo que una alma encontrará cuando llegue frente a la incólume Ruballa.

Frontera con el mundo onírico

Los Páramos Desolados limitan, en cierto modo, con el mundo onírico o espiritual. No existe realmente una geografía exacta de esa frontera, pues tanto los sueños como los Páramos no son lugares físicos reales. La representación más habitual entre los eruditos es la de los Páramos Desolados rodeando el mundo de los sueños, aunque la realidad es bastante más compleja.

Debido a la frontera imprecisa entre estas dos realidades, a veces algunas almas atraviesan el velo que las separa y se adentran en el mundo de los sueños. Estas almas errantes que huyen o se han perdido del reino de Ruballa, a veces se convierten en almas en pena, otras fantasmas y, en algunas ocasiones, en espectros que atormentan a los vivos buscando la manera de volver al mundo de los mortales desde el espiritual. Los druidas de la tradición de los Guardianes de los Secretos suelen interactuar con estas almas descarriadas para ayudarlas a encontrar reposo o el camino de vuelta.