Rebelión de Litiak
Durante la Gran Guerra, se produjo una división dentro del ejército aldoriano que enfrentó a parte del ejército oriental contra el occidental. Este acontecimiento ha pasado a la historia del reino con el nombre de Rebelión de Litiak o Conjura de los capitanes.
Son muchos los estudiosos que consideran éste como el momento en que comenzó el fin del Reino de Aldor, aunque solo los dioses pueden saber cuál habría sido la suerte del reino en otras circunstancias.
Desarrollo de los acontecimientos
Cuando el grueso del ejército aldoriano, con el Comandante Ambrok al frente de las tropas, se encontraba defendiendo el frente oriental de los ataques enemigos, el líder del ejército occidental, el Capitán Vale, se rebeló junto a sus tropas haciéndose con el gobierno de las ciudades de Litiak y Angor.
Con los grandes nobles en el frente, Vale y los jóvenes capitanes que lo siguieron, apenas encontraron resistencia en la región occidental y fueron muchos los que pensaron en esta rebelión como la forma de escapar a la guerra que avanzaba desde Sirdaria y Veolia.
La noticia de la rebelión fue tomada con gran prudencia; antes de hacer uso de la fuerza, se trató de alcanzar un acuerdo diplomático entre los dos bandos. El Duque de Valdam, acompañado por una veintena de hombres de su guardia personal, fue hasta Litiak para tratar con el autoproclamado Comandante Vale. Se desconoce cuál fue el desarrollo de las conversaciones, si es que las hubo, pues el Capitán Vale secuestró al Duque mandando un claro desafío al Comandante Ambrok y al resto del reino.
Desenlace
La Orden de los Heraldos del Amanecer tomó las riendas de la negociación para el rescate del Duque de Valdam y junto a un regimiento del ejército enviado por el Comandante Ambrok como apoyo, iniciaron el asedio de la ciudad de Litiak. Algunas fuentes refieren que incluso los mercenarios del Puño de Hierro se sumaron a las fuerzas fieles al reino.
El asedio se prolongó durante varias semanas sin que el Capitán Vale diese ninguna muestra de buena voluntad ni acercamiento.
Coincidiendo con la visita del Gran Maestre de los Heraldos, Lord Renné Le Chateau, al lugar del sitio de Litiak, desde el interior de las murallas se lanzó la afrenta definitiva; una catapulta mandó la cabeza del Duque de Valdam a los mismísimos pies del Gran Maestre y su Senescal, Lady Nuriel Delacroix.
Ante tan atroz gesto, los jóvenes capitanes del ejército occidental, liderados por Beornulf Villancourt comenzaron a distanciarse de su líder. La derrota de Vale vino finalmente de manos de sus propios subordinados. Villancourt desde el propio Litiak apoyado por Vinevald Ufforil desde Angor, se volvieron contra el Capitán Vale poniendo fin a la rebelión del ejército occidental.
Se dice que hubo un intento de rescatar al Duque de Valdam justo antes de su muerte, e incluso que su muerte se produjo durante dicha incursión, pero se desconocen los detalles, por lo que no entraremos en el campo de las especulaciones.
Consecuencias
La división del ejército oriental para atajar la Rebelión de Litiak supuso una considerable merma en los efectivos disponibles en la ciudad de Bassara. Tras perder Zant y el resto de la zona oriental del reino la guerra llegó a las puertas de la ciudad, que fue arrasada por las hordas de Udukán. Cuando el joven Capitán Villancourt, al frente del ejército occidental, se sumó a la guerra, fue recibido como un auténtico héroe, aunque poco se pudo hacer ya.
Esta llegada de refuerzos sirvió para contener al enemigo el tiempo suficiente para organizar el repliegue hasta Angor, único lugar seguro del Reino de Aldor, y ultimar las defensas de la ciudad con la esperanza de preservar la vida de todos los aldorianos refugiados tras sus murallas.
Tras la batalla final, el Capitán Beornulf Villancourt fue aclamado por sus hombres y puesto al frente del gobierno de la ciudad de Angor. Comienza así el periodo de la regencia de las casas nobles del reino, quienes junto al Consejo de Nueva Angor, gobiernan en nombre del legítimo heredero de la Casa Sachais.