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Eldor ama a Sarra y la ha cobijado casi desde el principio de los tiempos. Aunque no siempre coinciden en los métodos, pues Sarra ama a todas las criaturas sin excepción y no aprueba que Eldor promueva la destrucción de sus enemigos, es consciente de que Trako nunca respetaría a los mortales como Eldor lo hace. El dios de la luz suele respetar al resto de los dioses siempre que no promuevan metas claramente malignas, aunque le gustaría ver más compromiso por parte de sus vástagos, [[Sirgga]] y [[Lebrak]], en la guerra contra el Mal. | |||
El amargo enemigo de Eldor, el dios del fuego y del aire eran rivales desde su nacimiento y luego enemigos tras competir por las atenciones de Sarra. El codicioso dios oscuro siempre ha envidiado a su hermano, y el odio que se profesan mutuamente solo acabará cuando uno de los dos sea destruido, pero entonces el mundo acabará, pues la luz no puede existir sin la oscuridad, y la oscuridad no puede existir sin la luz. Aunque siente un profundo rechazo por [[Ruballa]], Eldor acepta la realidad de su existencia como algo inevitable. Eldor se opone activamente a la faceta más perversa de la diosa y, en ocasiones, evita que leales servidores de su causa caigan en sus garras. | |||
==Clero y rituales== | ==Clero y rituales== |
Revisión del 18:02 19 may 2020
Títulos: | Padre de la Luz, Señor del Firmamento, Astrónomo supremo, el Buen Dios |
Símbolo: | Disco solar rodeado por siete estrellas. |
Influencia en: | El cielo y las aves, el Bien, la justicia, los astros, la lucha contra el Mal. |
Colores: | Azul, blanco, plata y oro. |
Reino: | Arameldor. |
Eldor es uno de los dioses mayores creado directamente por Marish en el albor de los tiempos. Antes de la creación de Mundo otorgó luz al cosmos y esas luces hoy las conocemos como las estrellas, participó en la formación del mundo dando nombre a aquello que rodea la tierra y dio nombre a todas las cosas que sobre ella moran. Eldor amaba a Sarra y rivalizó por su compañía contra Trako, pero la diosa de la tierra eligió la compañía del dios del aire por la bondad que guardaba su corazón y temerosa de la oscura codicia del dios del fuego. Esta rivalidad entre hermanos, que se había forjado desde su nacimiento, estalló en conflicto entre los dioses que hoy aun dura.
Padre de la Luz
Eldor es un dios de corazón bondadoso, pero de implacable ira contra los enemigos de la luz. Es un juez severo, pero justo en su veredicto. Se opone vehementemente a las maquinaciones del Mal y, esencialmente, a los planes de Trako. Su representación cambia según la cultura, pero en todas ellas coincide que siempre es rodeado por una cegadora luz y cuando no es la propia luz. Rara vez interviene directamente, pues prefiere el rol de guía, por lo que actúa mediante sus emisarios y heraldos, pues cree profundamente en la capacidad que tienen los mortales para forjar su destino.
El Buen Dios
Gobierna sobre los cielos a los que bautizó en los primeros tiempos. Otorga luz a los mortales para que puedan vivir lejos de la oscuridad traída por la noche e, incluso entonces, ofrece las estrellas para que las noches no sean tan oscuras. Su aire trae frescura y ánimo a los corazones pesarosos, pero también exige verdad y justicia, pues el aire nada esconde. Inspira a los jueces para que juzguen con sabiduría y justicia, y defiende a los débiles frente a la opresión de los poderosos y defiende el buen gobierno de los reyes.
Señor del Firmamento
A pesar de ser un dios eminentemente diurno, su presencia puede percibirse en la noche mediante el brillo de las estrellas de las constelaciones que ha ido creando desde el principio de los tiempos para narrar las historias y leyendas de Mundo. Eldor cree que estas constelaciones son un ejemplo para los mortales, una guía para el buen camino y un cobijo para enfrentar la noche profunda. Cuentan que héroes legendarios como los aldorianos Erik Del·lasale Kandiski y Dorian Delacroix, o el eyneo Augus Espadadorada forman parte de estas constelaciones, pues tras morir nuevas estrellas brillaron en el cielo nocturno.
Historia en Mundo
Desde prácticamente al inicio del tiempo la guerra entre Eldor y Trako se ha ido cobrando nuevos escenarios. Cuando los mortales empezaron a morar el mundo, ambos dioses encontraron pronto aliados para proseguir su lucha. Eldor encontró en los elfos yag, creados por su hijo Sirgga, sus principales adalides y, posteriormente, cuando la raza humana nació, también fueron amados por el Padre de la Luz. Con el tiempo Eldor se fue haciendo menos activo en el reino de los mortales, prefiriendo actuar mediante heraldos y héroes bendecidos por él, y esa distancia acabó provocando una significativa ventaja para Trako.
Durante la Tercera Edad tuteló en la distancia al reino de Aldor inspirando a sus reyes y héroes para que se opusieran al dominio del reino de Udukán, pero a finales de esa edad se desencadenó la Gran Guerra que acabó con la victoria de las fuerzas de la oscuridad y destruyendo el reino. La influencia de Eldor menguó desde entonces, los mortales fueron apartándose de la fe de un Eldor que había dedicado demasiado tiempo a ser simplemente el enemigo del Mal y no el dios bondadoso que siempre quiso ser.
Eldor nunca se apartó del mundo, siguió velando por él, pero los mortales decidieron volcar sus oraciones en deidades más cercanas a sus preocupaciones. El dios del aire comprendió esta decisión, pero nunca se ha desentendido del mundo y los mortales, pues sabe que Trako tampoco lo ha hecho y cuando los tambores de guerra vuelvan a tronar en Mundo, Eldor seguirá defendiendo el Bien hasta el final de los tiempos.
Relaciones con otros dioses
Eldor ama a Sarra y la ha cobijado casi desde el principio de los tiempos. Aunque no siempre coinciden en los métodos, pues Sarra ama a todas las criaturas sin excepción y no aprueba que Eldor promueva la destrucción de sus enemigos, es consciente de que Trako nunca respetaría a los mortales como Eldor lo hace. El dios de la luz suele respetar al resto de los dioses siempre que no promuevan metas claramente malignas, aunque le gustaría ver más compromiso por parte de sus vástagos, Sirgga y Lebrak, en la guerra contra el Mal.
El amargo enemigo de Eldor, el dios del fuego y del aire eran rivales desde su nacimiento y luego enemigos tras competir por las atenciones de Sarra. El codicioso dios oscuro siempre ha envidiado a su hermano, y el odio que se profesan mutuamente solo acabará cuando uno de los dos sea destruido, pero entonces el mundo acabará, pues la luz no puede existir sin la oscuridad, y la oscuridad no puede existir sin la luz. Aunque siente un profundo rechazo por Ruballa, Eldor acepta la realidad de su existencia como algo inevitable. Eldor se opone activamente a la faceta más perversa de la diosa y, en ocasiones, evita que leales servidores de su causa caigan en sus garras.
Clero y rituales
La iglesia de Eldor esta fuertemente jerarquizada. Existe un Sumo Sacerdote en cada región llamada Sanctum, y en ocasiones comparte poder e influencia con algún campeón de Eldor que dirige el brazo armado de la región. Cualquier miembro puede ascender u optar a cualquier cargo dentro de su iglesia, dependiendo siempre de sus habilidades. Los buenos oradores suele ser enviados a convertir tierras infieles o atraer a la gentes al templo, mientras que los de más fuerte voluntad y versados en los estudios espirituales o demonológicos son exorcistas e inquisidores que persiguen la presencia del Mal allí donde se manifieste. Estos últimos suelen ir acompañados por un par de paladines que ejecutan las ordenes del sacerdote.
Aunque se diferencia el brazo militar del brazo espiritual dentro de la iglesia de Eldor, los sacerdotes suelen poseer el control, ellos son los representantes de Eldor y hacen cumplir su voluntad. Por otro lado sus campeones y paladines deben acatar siempre el mandato de sus clérigos, incluso si este pertenece a un Sanctum distinto al del paladín, mientras no contradigan la ordenes recibidas de su superior. Incluso los paladines de las ordenes militares deben obedecer al mandato de los clérigos, negarse es insultar a Eldor y se corre el riesgo de perder su favor.
Los rituales eldoritas fueron en el pasado solemnes, con gran atención a los protocolos y la ortodoxia religiosa. Hoy estos rituales se han vuelto incluso más solemnes y, en consecuencia, lentos. Es por ello que a ojos del pueblos resulte una religión elitista, pues varios siglos acostumbrados a la sencillez de otros dioses, la pompa de los ritos eldoritas resultan lentos y aburridos. En la caza de servidores de la Oscuridad, todo detenido y hallado culpable es quemado para que las llamas de su propio dios maligno, el fuego de Trako, destruya su carne y libere su espíritu que será redimido ante los ojos del Juez Aidel en el Arameldor.
Nombres en otras lenguas
- Eyneo y lénico: Eldereos (Paladín de los Cielos)
- Sirdario: Azaukhorîm (Forjador de Astros)
- Yag: Theler Eleros (Luz Creadora)
- Tassia: Belur (Impávido Adalid)
- Leakhán: Kainosskha (Enemigo del Oeste)
- Yagûl: Sil'eehr (Hendedor de la Noche)
- Merón: Eldrum (Hacedor de Leyes)
- Contio: Ellerdel (Amanecer de las Aguas)
- Halaii: Rah (Luz Abrasadora)