Rebelión de Litiak

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Durante la Gran Guerra, se produjo una división dentro del ejército aldoriano, la llamada Rebelión de Litiak o Conjura de los Capitanes.

Cuando el grueso del ejército aldoriano, comandado por el Duque de Valdam, se encontraba defendiendo el frente oriental de los ataques enemigos, un grupo de jóvenes capitanes tomaron por la fuerza el gobierno de las ciudades de Litiak y Angor.

Con los grandes nobles en el frente, los jóvenes capitanes contaron tanto con el apoyo de la mayoría de sus tropas como con el de los habitantes de la región oriental, quienes se planteaban escapar de la devastación de la guerra que llegaba desde Sirdaria y Veolia.

El ejército occidental fue liderado por el Capitán Vale Villancourt, quien dio a su hermano Beornulf Villancourt la ciudad de Litiak, mientras cedía Angor a su fiel compañero el Capitán Vinevald Ufforil.

El Duque de Valdam tuvo que mandar parte de sus efectivos a terminar con el pronunciamiento del ejército occidental, con el consiguiente perjuicio para la marcha de la guerra, que ahora tenía dos frentes, el exterior y el interior. La Orden de los Heraldos del Amanecer, con la Senescal Delacroix al frente, se hizo cargo del mando de las tropas desplazadas al Ducado de Litiak. Se sucedieron algunas escaramuzas que terminaron con el asedio, por parte de las tropas leales al reino, de las dos ciudades rebeldes.

Fue el imparable avance de la Gran Guerra lo que puso fin a la Conjura de los Capitanes. El ejército oriental había sufrido un gran número de bajas, sobre todo tras la batalla de Bassara y la caída del Bastión de los Heraldos; cuando el cerco de las tropas de Udukán fue cerrándose y empujando a la población aldoriana hacia la costa, el ejército liderado por Vale Villancourt se replegó hacia Angor uniéndose de nuevo a la defensa del reino.