Diferencia entre revisiones de «Sarra»

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===Dadora de Aliento===
===Dadora de Aliento===
Como diosa de la vida está en su mano sanar a los heridos, curar las enfermedades y alentar a los que sufren. Muchos sanadores encuentran en ella una consejera o una inspiración, pues Sarra protege a aquellos que dedican su vida a los demás. Su corazón se llena de dicha con el florecer de las plantas y el nacimiento de animales o mortales, y aunque estos últimos sean protegidos por su hijo [[Sirgga]] gustosa presta su manto para proteger a sus nuevos ''hijos e hijas''. En los primeros tiempos, Sarra entregó el don de la curación al resto de los dioses para que pudieran curar a sus fieles sin importar nada más que su bienestar.
[[Archivo:Sarra.jpg|left|thumb|''"Sarra Gestante" o "La Hermosa Madre"''.]]
[[Archivo:Sarra.jpg|left|thumb|''"Sarra Gestante" o "La Hermosa Madre"''.]]
Como diosa de la vida está en su mano sanar a los heridos, curar las enfermedades y alentar a los que sufren. Muchos sanadores encuentran en ella una consejera o una inspiración, pues Sarra protege a aquellos que dedican su vida a los demás. Su corazón se llena de dicha con el florecer de las plantas y el nacimiento de animales o mortales, y aunque estos últimos sean protegidos por su hijo [[Sirgga]] gustosa presta su manto para proteger a sus nuevos ''hijos e hijas''. En los primeros tiempos, Sarra entregó el don de la curación al resto de los dioses para que pudieran curar a sus fieles sin importar nada más que su bienestar.
===La Hermosa Madre===
===La Hermosa Madre===



Revisión del 09:53 27 may 2020

Símbolo de Sarra
Títulos: Madre Tierra, Dadora de Aliento, la Hermosa Madre
Símbolo: Un almendro en flor. Una raíz de roble (Palindro y Sirdarios). Flor de plata (Yag).
Influencia en: Allí donde haya vida, desde la selva más frondosa hasta los pequeños arbustos del desierto.
Colores: Verde y tonos pardos.
Palacio: Valle de Sang-Lay.

Sarra es la diosa de la tierra, protectora de toda clase de vida: plantas, animales o mortales. Cura a los enfermos y sana las heridas, pues considera sagrada toda vida y contempla con amor desde el más pequeño insecto al más ilustrado monarca. Al ser la diosa de la tierra es uno de los grandes dioses creados por Marish, y su llegada llenó de deseo a sus otros hijos que anhelaron estar junto a ella. Llena de energía y curiosidad, Sarra creó algo hermoso y lo llamó Mundo dando nacimiento a nuestro mundo. Eldor y Trako compitieron por sus atenciones, creando para ella nuevos paisajes con los que embellecer aquella nueva obra. La diosa de la vida vio la maldad en el corazón de Trako y se decantó por Eldor, que desde ese momento aquellos que nacieran en su vientre podrían convivir tanto en el cielo como en la tierra, pero jamás en el fuego.


Madre Tierra

Todas las cosas que existen en Mundo lo hacen por ella, pues Sarra es la propia tierra que lo sostiene todo. Alrededor de ella el resto de grandes dioses crearon valles, montañas, mares y volcanes, y ella pronto deseó que otras criaturas pudiera compartir aquella gran obra. De ese modo nacieron las plantas y los animales, y posteriormente lo harían los mortales y otras criaturas. Sin Sarra el mundo perdería su brillo y se marchitaría en la oscuridad, pues ella es el nexo que lo une todo.

Dadora de Aliento

Como diosa de la vida está en su mano sanar a los heridos, curar las enfermedades y alentar a los que sufren. Muchos sanadores encuentran en ella una consejera o una inspiración, pues Sarra protege a aquellos que dedican su vida a los demás. Su corazón se llena de dicha con el florecer de las plantas y el nacimiento de animales o mortales, y aunque estos últimos sean protegidos por su hijo Sirgga gustosa presta su manto para proteger a sus nuevos hijos e hijas. En los primeros tiempos, Sarra entregó el don de la curación al resto de los dioses para que pudieran curar a sus fieles sin importar nada más que su bienestar.

"Sarra Gestante" o "La Hermosa Madre".

La Hermosa Madre

Por encima de todas las cosas, Sarra es una madre dedicada y considera toda vida hija de su vientre. Aunque comprende el Bien y el Mal, y suele apoyar las causas nobles, Sarra procura no intervenir en las cuitas de sus hijos y ama tanto a los que tienen corazón bondadoso como malvado, pues una madre ama a sus hijos sin condiciones. Para ella es un paso amargo cuando debe oponerse a las maquinaciones de sus hijos ensombrecidos por el Mal, pero también es severa cuando aplica castigo a los que la ofenden o dañan su obra.

Historia

Cuando Sarra creó el mundo primigenio fue pronto moldeado por sus hermanos, la diosa estaba feliz de ver como todos ellos, incluido el distante Leit, participaban de aquella gran obra. Pero pronto vio como la rivalidad entre sus hermanos Eldor y Trako se convertía en enemistad cuando ella decidió aceptar al dios del aire junto a ella, Sarra sabía que su hermano Trako tenía el corazón oscuro, pero jamás imaginó que esa decisión lo conduciría a una verdadera guerra contra Eldor. A pesar de la tristeza que le provocaba aquel enfrentamiento fratricida, Sarra continuó llenando aquel mundo hasta crear vida en forma de su querida hija Vryllia y luego, junto a Eldor, crearon a Sirgga el cual daría a luz a las razas mortales y, de todas ellas, los lomb fueron dedicados a ella.

Sarra se sentía dichosa y guió a los lomb como solo una madre podía hacerlo. De los gigantes de hielo nacieron otras razas menores, como los humanos y de ellos, a su vez, los medianos y los gnomos. La diosa de la tierra contempló como sus hijos crecían, aprendían y se desarrollaban. Sintió decepción algunas veces, otras orgullo, otras pena y otras felicidad. El mundo avanzaba a través de las edades y Sarra siguió cuidado de todos sus hijos aunque algunos de ellos la dieran la espalda. Después del cataclismo que supuso la Gran Guerra, Sarra sintió por primera vez genuino rechazo por Trako, pues los devotos del quemaron uno de los bosques más antiguos de Mundo y santuario de su hija Vryllia, Palindro. Pero en lugar de unirse abiertamente a la guerra contra su hermano, la diosa de la vida volvió a otorgar su don sobre las cenizas del bosque muerto provocando su renacimiento. Ese siempre ha sido el camino de Sarra, pues incluso de las cenizas del fuego de su perverso hermano es capaz de engendrar nueva vida.

Relaciones con otros dioses

Aunque Sarra y Eldor colaboran a menudo por su cercano vínculo, a veces discuten ya que ella ve al dios del aire como una figura demasiado autoritaria y obsesionada con oponerse a Trako olvidándose de las cosas pequeñas y hermosas de la existencia. Siente un gran pesar por tener que oponerse a Trako, pero lo hace con firmeza y sin titubeos, mas a pesar de ello mantiene la esperanza de que algún día su hermano recapacite y tal esperanza se refleja en el simbolismo renovador que tiene el fuego que, tras quemar un bosque, uno nuevo nace con mayor fortaleza que el anterior. Con el tiempo Leit y Sarra han llegado a entenderse bien, ya que ambos suelen estar en medio de las disputas entre Eldor y Trako. Sin embargo, Sarra no puede evitar ver a Leit como a un patriarca testarudo, tan ocupado en saber como funciona la creación que no es capaz de apreciar su belleza.

Ama con pasión a su hija Vryllia de quien está orgullosa, así como también de su hijo Sirgga a quien procura recordar que enseñe a los mortales a respetar la belleza del mundo. Sarra actúa con el resto de dioses como lo hace con los mortales, apreciando sus gestas y valorando sus capacidades. Pero hay excepciones, pues rechaza profundamente la violencia de Amal y aborrece sin medida la muerte viviente y enfermedad de Ruballa. Sarra comprende que la muerte forma parte de la vida, pero se horroriza ante la muerte viviente que pervierte el significado de la vida, Ruballa es, quizá, el único ser de la Creación que es capaz de provocar en Sarra genuino odio. El odio que puede sentir una madre hacia aquellos que dañan a sus hijos.

Clero y rituales

Sarra es ante todo una defensora de la vida, cada vez que algo muere, la diosa siente su pérdida. Es por ello que de todas las deidades Sarra es la que más sufre cada vez que los dioses o los mortales batallan. Pero a la vez, la Dadora de Aliento, sabe que el ciclo de la vida incluye la muerte; por ello acepta que toda creación suya en Mundo ha de perecer algún día, desde que Trako dio nombre a Ruballa este ha sido el compás de los tiempos. Entre los servidores de Sarra no hay grandes guerreros, sus siervos son sanadores y vigilantes y tienen las manos más a menudo sobre las herramientas que sobre las armas.

La principal función de los sacerdotes de Sarra es sanar a los enfermos y mantener el aliento de los heridos. Aunque luchará en caso de que la vida corra peligro, un clérigo de Sarra intentará no matar nunca a un oponente. Otra función de los sacerdotes de Sarra es la de exterminar a los no muertos, cada uno de ellos es una mancha en la límpida superficie de Mundo. Aunque los druidas sienten un estrecho vínculo con la propia naturaleza y sus espíritus, muchos de ellos veneran a Sarra en reconocimiento a su lugar en el mundo.

Los sacerdotes de Sarra suelen seguir una serie de preceptos entre los cuales se encuentran:

  • La vida engendra vida, no combatas la muerte con muerte, sino con más vida.
  • Todo lo que crece ha de perecer, la muerte es parte del ciclo, acéptala aunque solo a su debido tiempo.
  • Cada vida es preciosa más allá de toda medida, trátala como tal.

Además de esto, cada seguidor de Sarra comprometido debe plantar un árbol o engendrar un hijo, al que cuidará y vigilará hasta el fin de sus días emulando el compromiso de la diosa.

Nombres en otras lenguas

  • Eyneo y lénico: Sarhe (Aliento Vital)
  • Sirdario, heredado de Palindro: Yimea (Madre)
  • Yag: Lahar'el (Eterna Primavera)
  • Contio y antiguo veoliano: Esthia (La que hace crecer)
  • Halaii: Kheerdinira (La Ausente)
  • Oóntur: Shelekuma (Primera Madre)