Leit
Títulos: | Señor de las Aguas, Heraldo de Marish, el Observador |
Símbolo: | Dos olas enfrentadas con una balanza entre ellas. Diadema de coral (Leitna). Concha marina (Contio). |
Influencia en: | Las aguas y las bestias marinas, la navegación, el equilibrio, la contemplación. |
Colores: | Azul marino y gris. |
Mes: | Mes de la lluvia. |
Leit es el dios de las aguas, por lo que es uno de los dioses mayores que nacieron de la propia creación de Marish. Desde el principio Leit se manifestó como una figura calmada y reflexiva, poco inclinada a la acción como demostraron los demás dioses mayores, pero igualmente interesado en el devenir de los acontecimientos. Es una deidad férreamente neutral, que aborrece la intervención directa y prefiere observar. Se dice que Leit fue el primer dios creado por Marish, y que por ello es el más cercano a su Padre, pues al igual que Marish hizo con los dioses, prefiere que los mortales busquen su propio destino en lugar de imponerlo, como lo hacen, especialmente, Eldor y Trako. Cuando Mundo fue creado por Sarra fue el último en participar de su creación, pero al hacerlo brindó de una belleza tal el mundo que Sarra juró que el agua que trajo consigo Leit era el mejor regalo que su hermano pudo traer.
Señor de las Aguas
A pesar de su no intervención, Leit es vital en el mundo ya que el agua está intrínsecamente ligada a la vida. El mar, los ríos o los lagos fluyen en calma cuando nadie interviene en ellos, pero se embravecen o agitan cuando una fuerza externa, divina o mortal, actúa sobre ellos. Esto no suele molestar al dios que, generalmente, ignora su intervención esperando a ver el desenlace. Leit es el final de las ondas en el agua, pues mientras uno ve el círculo recién creado, él contempla la cadena de acontecimientos hasta que llega al final.
El Observador
Desde el principio se mostró ajeno a la rivalidad entre Eldor y Trako, y se sentía ajeno a la inquietud de Sarra. Leit creía que las cosas debían ser como siempre habían sido, pero a medida que el mundo era creado y la vida nacía en él fue asumiendo que todo aquello también formaba parte de la voluntad de su Padre. En aquellos primeros tiempos otorgó existencia a su hija, Jaqoh, a quien instruyó para que le trajera todos los acontecimientos de un mundo cada vez más complejo y amplio. Es probable que el conocimiento adquirido por Leit sea mayor que el de la propia Dloose, pero el dios del agua no hace alarde de tal hecho. Mientras el mundo ruge, él sigue en silencio atento a los acontecimientos.
Heraldo de Marish
A pesar de su decisión de no intervenir en el mundo, Leit lo ha hecho en numerosas ocasiones. Comprende que el mundo es parte de la obra de Marish y, por lo tanto, debe ser preservado frente a los poderes divinos que conspiran contra él. Es en esos momento cuando Leit interviene demostrando que su poder no tiene nada que envidiar al de sus belicosos hermanos, aunque suele actuar mediante elegidos para llevar a cabo sus planes y, normalmente, suelen ser acciones sutiles con un fin a largo plazo que solo el propio dios conoce. Se sabe que la única vez que Leit intervino directamente en Mundo fue al principio del nacimiento de los mortales, cuando Trako, henchido de poder, se manifestó físicamente para encabezar su conquista de la Gran Isla. Leit respondió haciendo lo propio, y el dios del fuego subestimó el poder su hermano; las aguas de Leit apagaron las llamas de Trako causándole una derrota que aun hoy provoca que Trako no desee enfrentarse a Leit directamente.
Historia
Siendo el último de los grandes dioses en dar forma al mundo, la aportación de Leit fue muy querida por su hermana Sarra quien prometió que su agua sería estimada por toda la vida que naciera en Mundo. Leit se mantuvo al margen de acontecimientos posteriores, aunque sintió curiosidad por los leitnas, la raza creada por su sobrino Sirgga y que creó como presente a su tío. Fue la primera vez que Leit intervino con los mortales, aunque lo hizo para instruir a los leitnas en que ellos eran los dueños de su propio destino.
La participación de Leit en los acontecimientos del mundo es sutil, a menudo poco documentada o inapreciable; pero su culto se ha mantenido vivo, especialmente porque navegantes y pescadores elevan sus plegarías al dios de las aguas para tener suerte en la mar. Durante la Cuarta Edad Leit permaneció aun más alejado de los asuntos mortales debido al Advenimiento de la Niebla, y hay quien dice que entró en un letargo del que no despertaría hasta casi dos siglos después del regreso de la magia. Algunos eruditos aseguran que la catástrofe del Gran Maremoto fue provocado por el despertar de Leit, pero la mayoría cree que fue debido al alzamiento de la ciudad leitna de Leit-Ang desde las profundidades del mar hacia la superficie.
Relaciones con otros dioses
Aunque en un principio su relación con Sarra no fue sencilla, el tiempo ha hecho que ambos dioses se comprendan y respeten mutuamente. Tanto él como su hermana se ven envueltos en los enfrentamientos de Eldor y Trako, a quienes juzga en ecuánime medida como rostros de la misma moneda. A pesar de ello es consciente de que Eldor tiende más a respetar el libre albedrío que Trako, pero tras milenios de guerra a veces, para Leit, esta distinción se desdibuja.
Siente un sincero aprecio por Vryllia y Dloose, y con la segunda se dice que mantiene largas conversaciones. Aunque su hija Jaqoh es bastante más extrovertida que el dios del agua, el dios respeta la decisión de esta por encontrar su propio camino. La personalidad de Leit es tan ajena que rara vez encuentra comprensión en el resto de dioses, aunque aborrece con especial ímpetu a Amal por promover el conflicto y la guerra.
Clero y rituales
La única jerarquía realmente importante dentro de esta iglesia está marcada por el antes y el después del ritual de iniciación de sus clérigos. Una vez se hace manifiesta la vocación clerical, se entra a formar parte del Acolitado de Leit. Los acólitos de Leit son aquellos miembros de la iglesia que pese a haber manifestado el don de Leit aún no han sido iniciados, y por lo tanto no son considerados clérigos del dios de las aguas. Como acólitos, ayudaran a los clérigos de Leit en todo aquello que puedan, aunque no tiene obligación alguna de obedecer. La voluntad para hacer algo debe surgir de uno mismo, obediencia y desobediencia son extremos que anulan sistemáticamente la voluntad de acción del individuo.
Una vez el acólito se considera capaz de cumplir con los dogmas de su fe y decide convertirse en clérigo de Leit, debe cumplir con un tiempo de retiro durante el cual su dios le proveerá de todo lo que necesite. Se trata de un momento decisivo en la vida de todo aspirante a clérigo de Leit, el ritual iniciático se conoce como El rito de la Marea. Para llevarlo a cabo, un barco portará al clérigo y su pequeña chalupa mar adentro, donde, tras unos sencillos rituales, el barco se alejara, dejando al futuro clérigo a su suerte en el mar. Consiste en un periodo de retiro en el que el acólito deberá dejar atrás todas las comodidades de la vida mundana contando solo con su caña de pescar, algunos víveres y agua para su travesía. Una vez en alta mar, solo podrá subsistir con aquello que las aguas le reporten y deberá dejarse guiar por la voluntad de las olas. Cuando las aguas devuelvan al acólito a tierra se considerará iniciado y clérigo de pleno derecho de la iglesia de Leit. El tiempo pasado en el mar sirve para reforzar el vinculo entre Leit y el clérigo y también para que el futuro clérigo comprenda el valor de la contemplanción y el adaptarse al camino del señor del agua.
En lo que se refiere a la elección del máximo representante de la iglesia de Leit, no existen ritos prefijados. Es la voluntad del Señor de las Aguas quien elige entre todos ellos, de manera que tampoco tiene una duración determinada. Aquel que se alza como máximo representante puede ser cualquiera de los clérigos de la iglesia y su elección se basa en las señales que Leit les muestra. Estas señales suelen ser acontecimientos que la comunidad considere manifestaciones claras de la voluntad de su dios. Cuando una de estas revelaciones de Leit tiene lugar, los clérigos aclaman a su nuevo Llamado por Leit desde la bajamar hasta la pleamar, momento en el que el nuevo elegido se sumerge en las aguas para salir de ellas como cabeza de la Iglesia de Leit. Al Llamado por Leit se le reconoce por ser el portador del Guardián del Equilibrio, un sencillo bastón de madera de deriva en cuya empuñadura aparece tallado el símbolo de Leit.
Los clérigos de Leit pasan gran parte de su existencia dedicados a la vida contemplativa y pocas veces se mezclan en los asuntos que conciernen al poder temporal de los gobiernos, reyes o cualquier otra institución. Solo en contadas ocasiones son requeridos como mediadores de conflictos o consejeros imparciales. Prefieren una vida sin ataduras, su presencia en este mundo debe fluir como las aguas y al mismo tiempo deben tener la constancia de las olas, que desaparecen al llegar a la orilla pero no dejan nunca de golpearla.
Lugares sagrados
Las fuentes de agua son siempre lugares vinculados a Leit, pero de ellas el nacimiento de los ríos, los océanos y los lagos se encuentran especialmente cerca de la esencia del dios. A menudo son lugares calmados por la naturaleza tranquila del dios del agua. No se le conocen lugares sagrados concretos, pero si un mortal desea entrar en comunión con Leit estos lugares son los apropiados.
Leit en Aldor
Leit se ha mantenido ajeno a cualquier intervención directa sobre Aldor, pero los leitnas sí lo hicieron durante la fundación del reino ayudando a Aldor I contra las huestes de Udukán. En el reino habría un único templo dedicado al dios de las aguas en la ciudad costera de Angor, pero su culto, como en muchos lugares, nunca fue muy popular debido al talante neutral e imparcial del dios.
En la actualidad tiene un pequeño templo en el pueblo de Nueva Sitene y algunas ermitas en lugares dispersos de la geografía aldoriana.
Nombres en otras lenguas
- Eyneo y lénico: Leitinos (Amo de las Mareas)
- Leitna: Sulein (Padre)
- Yag: Elit (La Balanza)
- Contio: Hilhilai (Guardián de las Islas)
- Norteño: Khiff Lean (Hielo Perpetuo)
- Merón: Litum (El Dios Silencioso)