Baal'moth
El Vigilante, el Demonio del Lodo
Muerto en 770 dA.
Baal'moth fue antaño un poderoso espíritu vinculado a las aguas del mar interior de Cirren, posiblemente de la estirpe de Leit.
En tiempos oscuros fue atraido y seducido por Trako, que lo convirtió en uno de sus servidores infernales, un demonio furioso que desde sus dominios en las orillas cenagosas del lago espiaba lo que ocurría en los reinos mortales e informaba a su Señor. Esto le valió el sobrenombre de Vigilante.
La servidumbre que le impuso Trako en sus fuegos del Infierno convirtieron la piel de Baal'moth, antaño clara como las aguas, en negro carbón, y su alma en un espíritu terrible y vengativo, de enorme fuerza y poder, envuelto en lodo y fango.
Baal'moth fue aliado de Abdalor y sus nigromantes de Cirren, y asoló durante muchos siglos las costas veolianas y halaii, así como a los habitantes de Zitrea, que le servían de alimento.
En el año 769 dA participó, junto con Asthfalor y el demonio Bel'gaur el Emisario, en la guerra de Halayad contra la Triple Alianza, formada por Veolia, Yagerth y Aldor.
Baal'moth penetró en las defensas de Caper, sembrando el caos y la muerte, pues su cuerpo demoníaco no podía ser dañado con armas convencionales. Y allí Baal'moth dio muerte al rey aldoriano Malion I.
El hijo de Malion, el rey Haldor I Balgurth vengó a su padre y dio muerte a Baal'moth en las puertas de la ciudad, ganando así el sobrenombre de Azote de demonios. Esto fue posible porque el joven Haldor, siguiendo un sueño que el dios Leit impuso en su corazón, encontró la espada Frío glacial que el propio dios había consagrado y que perteneció a su antepasado el rey Galdir. Esta fue una de las raras ocasiones en las que Leit ha intervenido en el mundo para salvaguardar el equilibrio.
Empuñando esta espada sagrada Haldor expulsó de la ciudad a Asthfalor y combatió al demonio del lodo, atravesándolo con su acero y librando al mundo de su maldad. La empuñadura de Frío glacial aún se conserva en el templo de Caper. Lamentablemente la hoja se perdió, pues al contacto con el demonio el durísimo filo helado se convirtió en agua y desapareció.