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Colinas Sirdarias

Entre los fértiles valles del Lames y las frías llanuras y estepas de Tassia y Udukán se alza un macizo montañoso de duras colinas y rápidos arroyos. Allí se fundó Sirdaria, el tercero de los grandes reinos de los enanos.

Aun siendo el reino más joven, los enanos grises han habitado las colinas sirdarias durante muchos siglos. Explotaron las Minas de Londaer mucho antes de la llegada de Aldor a estas costas, y comerciaron con los bárbaros tassianos y los jinetes veolianos, y con otros pueblos y reinos más lejanos.

El reino sirdario fue parte de la Gran Alianza que unió a los pueblos libres en la lucha contra la horda de Udukán, en los albores de la Tercera Edad, y también lucharon junto al ejército aldoriano durante las Guerras Invernales en las que se perdió Londaer.

Debido a estas buenas relaciones, no era raro encontrar enanos grises y sus mercancías, en Aldor.

Durante la Gran Guerra, las hordas de orcos y legionarios negros de Udukán invadieron las colinas y penetraron en las salas y grandes forjas de Siral. Los enanos supervivientes huyeron y abandonaron el reino, viviendo a partir de entonces como exiliados. Muchos de ellos vagaron hacia el oeste, hasta llegar finalmente a Nueva Angor, donde muchos vivieron concentrados en el barrio sirdario, en la zona norte de la ciudad.

Pero los sirdarios no olvidaron su patria perdida en las colinas grises. Cuando los yag liberaron las tierras aldorianas durante la Retribución de la Luz, los enanos grises se reunieron al completo con un solo objetivo: recuperar su hogar. Así se inició la Guerra de la Furia, que todavía hoy dura, en su empeño por restablecer el reino.

Sirdaria sigue siendo una región peligrosa, en disputa entre sus legítimos moradores, los sirdarios, y los invasores udukis.

Capital: Siral.

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  Mapa de Sirdaria, hogar de los enanos grises