Batalla de Nueva Angor

De Wiki de Aldor
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La batalla de Nueva Angor forma parte de la Gran Guerra y no debe confundirse con la batalla de Angor durante la Guerra Espúrea.

Batalla de Nueva Angor.jpg

Fue la última batalla importante de la Gran Guerra, y firmó el final de la Tercera Edad. El ejército de Udukán atacó la ciudad de manera devastadora, dirigidos por el sayuk de Trako, Makaan.

El ejército de Udukán fue repelido al morir el sayuk a manos de Sir Renné Le Chateau, Gran Maestre de los Heraldos del Amanecer, pero la batalla tuvo consecuencias que repercutieron más allá de las fronteras de Aldor.

Preambulo de la batalla final

- Las fuerzas aldorianas eran muy reducidas. La mayor parte pertenecientes al ejército occidental, que había tardado más en ir a la guerra debido a la Rebelión de Litiak. La mayor parte del contingente aldoriano eran civiles refugiados huidos del resto del reino.

- La capacidad defensiva también se encontraba en una situación complicada; Litiak estaba en una posición poco defendible, por lo que la ciudad fue abandonada y todos se refugiaron en Angor.

- Con la ciudad tan superpoblada, surgieron ampliaciones y reestructuraciones en la urbe, aunque debido a la situación bélica en que se encontraban estas no fueron lo suficientemente efectivas.

- El cementerio fue trasladado, se desconoce qué fue de la cripta maldita donde habitaba la vampiresa Necress.

- Se ampliaron y reforzaron las murallas anticipándose a la última batalla.

- Los barcos partieron repletos de refugiados hacia las Islas de Leit, un archipiélago descubierto muy recientemente.

- Idaho Neriesh, primer alcalde de Angor, fue el encargado de controlar burocraticamente a toda la población posible.

- El Archimago Valraen hizo construir la Torre Glenn dentro de los muros de la ciudad. Se utilizaron rocas del palacio de Litiak, y casi una tonelada de plata. La mano de obra extra, dada la gran cantidad de gente sin ocupación, así como el uso de magia, ayudaron a construirla en tiempo record.

- Daegan se presentó a las puertas de la ciudad, dispuesto a ser él quien la destruyese. El nigromante se enfrentó a los tres Archimagos que quedaban en Aldor: las tres caras del destino representadas por la legalidad de Schalabuffo de Txalaxa, la neutralidad de Valraen Glenn, y el caos de Nüin Ha-li, muerto viviente y Señor de Uduk. Cada uno se esforzó al máximo y uniendo sus fuerzas, antaño rivales, vencieron al poderoso nigromante.

La batalla de Nueva Angor

- El ejercito uduki barrió Litiak de una sola atacada, a pesar de que la ciudad había sido preparada con trampas y barricadas para defender la posición con el menor número posible de bajas humanas y permitiendo la retirada de los allí apostados hacia Angor.

- Las puertas de Angor se cerraron y reforzaron. Las calles se vaciaron de civiles, que se escondieron en túneles subterráneos y casas bien protegidas.

- Los magos y hechiceros cedieron su poder al Archimago Valraen en un ritual magico realizado en el último piso de la Torre Glenn, en una cúpula preparada a tal efecto. La Torre se convirtió en un arma clave durante la batalla, destruyendo las armas de asedio enemigas, así como los demonios del cielo y los chamanes de la retaguardia.

- No solo aldorianos lucharon por defender la ciudad. También enanos, veolianos, yags, e incluso algunos contios. Todos los que habían huido de Udukan durante la guerra lucharon por ver sobrevivir los restos del Reino de Aldor.

- Trako había preparado aquella guerra largamente. El enemigo no solo era numeroso, tambien era muy fuerte. El mismísimo semidios Akhatos luchaba como uno de los generales de Makaan. Pero hubo una cosa que no había previsto, una fuerza divina no contemplada. Un Nombre que había sido entregado a Sir Renné Le Chateau, una palabra de creación y destrucción, una porción de la misma esencia de los dioses.

- Los Heraldos del Amanecer, apostados en Angor tras la caída del Bastión, y organizados para la defensa por la Senescal de la Orden, Lady Nuriel Delacroix, se encargaron de facilitar en lo posible la tarea de su Gran Maestre; éste, ayudado por valientes y leales guerreros, se abrió paso entre las filas enemigas para enfrentarse cara a cara con el sayuk. La palabra de poder, usada en el momento oportuno, destruyó a Makaan y al propio Sir Renné. En ese preciso instante, cuando el tiempo se detuvo tras la muerte del sayuk, el ejército de Udukan pasó a estar bajo la orden directa de Akhatos. El semidiós, para sorpresa de los allí congregados, se limitó a sonreír mirando hacia los estupefactos combatientes aldorianos para después desaparecer. Demonios y orcos huyeron de Angor libres del mando de sus señores.

Consecuencias

Angor sobrevivió, pero no sin de problemas. Harían falta muchos años para que la ciudad se recuperase y tomase forma convirtiéndose en la actual Nueva Angor. El resto del reino, había caído. Aunque la guerra hubiese finalizado y Akhatos no fuese a continuarla, los orcos se quedaron. Esparcidos en tribus y liderados por caudillos, viven desde entonces por todo Aldor. Los demonios que quedaron con vida después de la guerra se ocultaron, y cada uno fue tejiendo sus propias ambiciones. Se dice que Neh'kor, que mató a Markus en Bassara, permanece en esta ciudad al mando de un contingente del oscuro formado por demonios y otras aberraciones.

Debido a la superpoblación de Angor, muchos de los refugiados fueron expulsados de la ciudad. Tassianos, veolianos, lombog e incluso aldorianos, tuvieron que forjar su propio y difícil camino fuera de las murallas, convirtiéndose en los actuales norteños.

Pero lo más importante, aquello que definitivamente indujo a contar los años desde ese día y a dar comienzo a la Cuarta Edad, fue que la magia, desde que Sir Renné Le Chateau utilizase el último Nombre, desapareció. Los objetos mágicos dejaron de serlo. Los magos dejaron de conjurar. Muchos hechiceros murieron de a causa de la locura o la tristeza. Los clérigos, druidas, chamanes y demás gente que utilizaba poderes por medio de magia indirecta (Dioses, naturaleza, espíritus), tardaron aun varias lunas en ver como sus poderes y vínculos con los entes superiores se perdían también. El Advenimiento de la Niebla fue completo y la magia murió sin saber si volvería a resurgir ni cuándo lo haría.