Reino de Aldor
- Para el rey fundador véase Aldor I
Nombre: | Reino de Aldor |
Fundación: | 1 dA (Tercera Edad) |
Desaparición: | 1422 dA (Tercera Edad) |
Gobierno: | Monarquía hereditaria |
Capital: | Ymber |
Fundador: | Aldor I |
Último rey: | Haldir V |
Ubicación: | Continente oriental. |
El Reino de Aldor fue una nación fundada a principios de la Tercera Edad, establecida entre las Colinas Sirdarias y el mar de Eynea, y a lo largo del valle del Lames. Se llamaba así en honor a su fundador, Aldor I.
En la actualidad, el territorio del antiguo reino es conocido como las tierras aldorianas. Sus pobladores humanos procedían originalmente de Eynea, aunque con el tiempo convivieron allí gentes de muy diverso origen, y no dejaron de llegar nuevos aventureros en busca de fama y fortuna.
Historia
Fundación
El reino fue fundado por Aldor Sachais, príncipe de Eynea, que abandonó su hogar en busca de aventuras más allá del mar. Después de la travesía arribaría a las costas de su futuro reino, donde desembarcaron y establecieron un campamento que, con el tiempo, se convertiría en la capital del reino, Ymber.
Por entonces, el territorio estaba bajo el dominio de Grazor, que gobernaba desde su trono en Uduk, y pronto lanzó sus huestes contra los recién llegados. El príncipe Aldor forjó alianzas con los elfos yag, los enanos sirdarios y los leitnas de Leit-Ang, y lideró la resistencia en la legendaria Guerra de la Gran Alianza, que terminó con la derrota de Grazor y la fundación del Reino de Aldor dieciséis años después de su desembarco.
Desarrollo
Aldor tuvo muchos reyes, herederos del espíritu aventurero de su fundador. A lo largo de su historia, el reino participó en numerosas campañas militares, tanto en apoyo de sus aliados como para defender sus tierras de los ataques de Udukán a través del Paso de los Dragones, llegando incluso a lanzar una ambiciosa campaña de conquista que terminara con el oscuro poder de Uduk.
El linaje de la casa Sachais se mantuvo siempre firme, defendiendo las fronteras, socorriendo a los aliados y enfrentándose a la Oscuridad; pero la Gran Guerra supuso un desafío demasiado grande.
La caída del reino
Los últimos años de la Tercera Edad fueron testigos de una serie de acontecimientos que desembocaron en la Gran Guerra, con Aldor en el centro del conflicto. Las fuerzas oscuras atacaron el reino humano desde distintos frentes, aislándolo de sus aliados. En soledad y sitiado por las huestes de Ma'kaan, Aldor fue debilitándose a pesar de la heroica resistencia de sus habitantes.
La destrucción de Ymber a manos del monstruo marino Slenoth fue el golpe final: la capital fue arrasada y el rey Haldir V murió sin nombrar a su legítimo heredero. Aunque las fuerzas aldorianas lograron una última victoria en la Batalla de Nueva Angor, el trono quedó vacante y casi todo el territorio cayó en manos de las fuerzas de la Oscuridad, salvo Angor.
El fin del Reino de Aldor marcó también el final de la Tercera Edad. La época de los grandes reyes dio paso a la Regencia de Nueva Angor. Hoy, sus tierras fragmentadas se conocen como las Tierras aldorianas, y aunque algunas casas nobles sobrevivieron a través del tiempo, nunca más volvió a unificarse bajo el mando de una sola dinastía.
Territorio
La extensión y fronteras del Reino de Aldor comprendían.
- Al norte la frontera eran los montes de Hyan, y más allá se extendía Lomber, las tierras de los lombog.
- Al este limitaba con las Colinas Sirdarias, reino de los enanos grises y, al sureste de las colinas, con Veolia, tierra de praderas y jinetes.
- Al sur estaba el gran bosque de Yagerth, hogar ancestral de los yag; más al sur se extiendía el desierto de Halayad.
- Al oeste el Mar de Eynea, parte del Gran Mar. Navegando hacia el oeste estaba la isla de Contia y el continente occidental, donde se encontraba la Eynea natal de Aldor el Fundador.
Ciudades
La capital del reino era Ymber, situada en la orilla del mar, en lo que hoy se llama costa de Aquende y en la encrucijada de los caminos del Norte, del Este y del Sur. En ella estaban el Alcázar Real, el Gran templo de Eldor, la sede de los gremios y el puerto comercial. La segunda ciudad era Bassara, en el ducado central, situada en la confluencia del gran río Lames con el Camino del Este.
Otras ciudades importantes eran:
- Litiak, al final del Camino del Sur, capital del ducado meridional, famosa por su lujo, sus telas y licores.
- Norf, al final del Camino del Norte, antigua defensa contra los lombog, fue un importante centro peletero.
- Zant, ciudad minera fronteriza, y capital del ducado oriental, junto a las colinas de los enanos.
- Angor, al sur de la capital, antigua ciudad pesquera, donde se hallaban las herrerías y fundiciones reales.
- Nanoth, en la desembocadura del Londrim al norte, aldea de pescadores y balleneros.
- Sader, un pueblo de granjeros al sur de Bassara, cercano a la frontera con las zonas boscosas del sur.
Gobierno
El último rey de Aldor fue Haldir V, de la casa Sachais, hijo de Larión I y Mirielth I la Eynea, que residía en el Alcázar Real de Ymber. Además, el gobierno del Reino recaía en el Consejo. Sus integrantes eran:
- El Rey, que presidía el Consejo.
- El canciller y par del Reino.
- El sabio consejero del rey.
- El archimago del reino.
- El duque de la Casa Valdam, en Bassara.
- El Gran Maestre de la Real Órden de los Heraldos del Amanecer.
- El Portavoz de la Hermandad de Sabios de Synesia.
Después de la caída del reino, la mayoría de miembros del consejo real, incluido el propio rey, murieron. Este consejo se rehízo en forma de la Cámara de Regencia de Nueva Angor, la única ciudad que sobrevivió a la guerra, que fue nombrando regentes del reino por elección de la nobleza. Actualmente, el título de Regentes del Reino recae en la Casa Frezzalas.
Ducados, condados y baronías
En Aldor existían tres ducados. Estos duques gobernaban sus territorios en nombre del rey:
Ducado Central |
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Ducado Oriental |
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Ducado Meridional |
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Baronía de Norf |
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Baronía de Tulmacén |
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Señorío de Nanoth |
Religión
La divinidad principal en Aldor era Eldor, venerado por la casa real y protector del reino. Sarra contaba con un buen número de fieles en las zonas más rurales y boscosas, especialemten en las Valdaes y los campos a orillas del Lames, ya que era la deidad tradicional de la Casa Valdam, señores de esas tierras.
En menor medida, se adoraba a otras deidades, como Leit en Angor o Vryllia en la parte aldoriana de Yagerth. En las grandes ciudades eran más habituales los cultos a Lebrak o Dloose, mientras que Pamis tenía una notable comunidad de fieles en Litiak, ligada a la producción de vino.
La figura de Trako, señor de las fuerzas oscuras, era abiertamente rechazada. Todo fiel de Trako era perseguido y castigado. Lo mismo ocurría con Ruballa y Amal vistos como cómplices de esa oscuridad y repudiadas. No fue hasta la devastación de la Gran Guerra que surgieron versiones más aceptadas de sus cultos, desvinculadas de sus orígenes siniestros.
Tras la caída del reino, la convivencia de razas y culturas en Nueva Angor, favoreció la aparición de nuevas ideas y la aceptación gradual de otros cultos, apenas existentes con anterioridad en estas tierras, como Sirgga o Jaqoh.