Categoría:Tassia

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La Gran Estepa tassiana

Tassia es una vasta región de estepas y llanuras abiertas que se extiende en el noroeste del continente oriental, entre la península de Merón y las frías tierras de Udukán.

La Gran Estepa se extiende imponente con sus cielos despejados y los gélidos vientos que barren la llanura durante todo el año. Aunque los contrastes del paisaje son escasos, una franja central destaca por sus humedales, formados en torno a cursos de agua, y por montes bajos y redondeados por la erosión.

Los primeros habitantes de los que se tiene constancia fueron los tassianos, tribus nómadas de impresionantes guerreros que cabalgaban sobre sus oaks y que fueron aniquilados por los actuales moradores de las estepas, los leakhán, oscuros e implacables conquistadores que que se apropiaron de lo que consideraron digno y dividieron el territorio en múltiples kharvalatos.

Capital: no hay.

Historia

La historia de Tassia no es la historia de un solo pueblo, sino de todos aquellos que han habitado sus vastas estepas. El tiempo ha borrado nombres, lenguas y linajes, pero las llanuras permanecen, indomables, y el viento sopla como siempre, forjando el temple de sus moradores.

Fundación

La tradición oral tassiana contaba que, en tiempos de la Gran Isla, las estepas eran el dominio de Kraayl, el dragón negro, cuyo aliento corrompía la vida y cuyos siervos muertos caminaban bajo el cielo abierto. Nadie osaba adentrarse en aquel páramo maldito hasta que Nakraam, "el último de los Tass" se enfrentó a la bestia en duelo.

Aunque cayó en la contienda, los guerreros que lo acompañaban lograron derrotar a los ejércitos de no-muertos y liberar la Gran Estepa. De aquellos guerreros nacieron las primeras tribus bárbaras del continente oriental, que nombraron aquellas tierras como Tassia —"la tierra del Tass"—, y a sí mismos como tassianos, en honor al linaje perdido y al guerrero que los guio a su nuevo hogar.

Período tassiano

Aunque el asentamiento de los tassianos se remonta a varios milenios antes de la fundación del Reino de Aldor, poco se sabe sobre los sucedido en Tassia en esta época. La tradición tassiana era entonces fundamentalmente oral, y las escasas formas de escritura se limitaban a símbolos de carácter místico o religioso. Por ello, gran parte de lo que se conoce proviene de fuentes externas, especialmente de cronistas meroneses y relatos conservados por los druidas del Palindro.

Pese a esta escasez documental, hay consenso en que Tassia podría ser una de las tierras bajo control humano más antiguas del continente oriental. La furia de estos pueblos pronto se dejó sentir en todas las regiones limítrofes. Merón, Palindro e incluso Udukán temían las incursiones tassianas. Los gnomos de Merón los apodaban con horror “diablos humanos”, y aseguraban que su furia era capaz de hacer temblar la tierra. Tal fue el pánico que causaban, que Merón levantó una gran muralla a lo largo de toda su frontera con Tassia para contener los saqueos de sus temidos vecinos.

Sin embargo, a medida que muchos tassianos abandonaban las estepas como mercenarios en busca de fortuna, su pueblo comenzó a abrirse al mundo. Gracias a ello se establecieron contactos con otros territorios del continente y, en tiempos de guerra, se forjaron alianzas puntuales, especialmente con Aldor. Aunque esporádicos, estos vínculos consolidaron la fama de los tassianos como aliados fieros y honorables, sin que por ello renunciaran a su independencia ni a su modo de vida.

Conquista leakhán

Durante la Tercera Edad, Tassia fue uno de los primeros territorios en caer subyugado por los legionarios negros de Udukán, comandados por Ma'kaan, el primer humano que había conseguido ascender al trono de Kadún, y que tenía el objetivo sagrado de acabar con el reino de Aldor.

Los tassianos, incapaces de resistir la ofensiva, fueron derrotados y su cultura exterminada sistemáticamente. Tassia se convirtió así en la primera y única región completamente dominada por lo que sería conocido como el Imperio leakhán, un extenso dominio fundado sobre las cenizas de los pueblos conquistados.

Kharvalatos de Tassia

Hacia mediados del siglo VI de la Cuarta Edad, el Imperio Leakhán comenzó a mostrar signos de fractura interna, hecho que aprovecharon los elfos Yag para lanzar su cruzada contra los seguidores de Trako, la Retribución de la Luz, y acabar con su líder, el Kharval Supremo. Los leakhán fueron expulsados de gran parte de las tierras conquistadas y, el que hasta entonces fuera el mayor imperio militar nunca conocido, se refugió en las estepas tassianas.

La región se fragmentó en múltiples kharvalatos, grandes clanes dirigidos por los descendientes de los antiguos caudillos, cada uno proclamándose como el legítimo Kharval Supremo y dando origen a un nuevo territorio humano. El pueblo leakhán conservó el nombre de la región conquistada, haciendo de “Tassia” el símbolo de su victoria sobre uno de los más feroces pueblos humanos.

Territorio

Mapa físico de Tassia

Las fronteras de Tassia apenas han variado a lo largo del tiempo, tan imponentes como la tierra que delimitan:

  • Al norte, la región está bañada por las aguas heladas del Océano Glacial, que forma parte del gran mar Exterior que rodea los continentes. En él se adentra la península de los Olvidados, azotada por los vientos del norte y cubierta gran parte del año por una bruma salina. Toda esta frontera es marítima, salvo en su extremo más occidental, donde se alzan las inhóspitas landas de Kun, dominio de los enanos negros.
  • Al este, el golfo de Tassia marca la transición entre tierra y mar, mientras que la frontera terrestre con la península de Merón está protegida por la Gran Muralla, la magnífica construcción con la que los gnomos contenían las incursiones tassianas, y que hoy frena las razias de los kharvalatos.
  • Al sur, las estepas se funden con el espeso bosque de Palindro y las aguas del mar Tassiano.
  • Al oeste, el río Norud sirve de frontera natural con las tierras de Udukán, mientras que las colinas Sirdarias marcan la cercanía del territorio de los enanos grises. Junto al río se extienden los Campos de Batalla de Tassia, una depresión cubierta de hierba alta que se extiende a lo largo del curso de agua. Durante siglos fue el escenario preferido para plantar cara a los ejércitos que avanzaban desde Udukán.

Relieve

Tassia se extiende como una vasta llanura, la Gran Estepa, dividida en Estepas del Norte y Estepas del Sur, por una franja de cursos de agua y montañas. Aunque el paisaje es en su mayor parte plano y abierto, en la parte interior destacan varios accidentes geográficos:

  • Los Montes bajos de Tassia, un conjunto de elevaciones suaves y redondeadas, rompen con la monotonía del mar de hierba de la estepa. Dividen las aguas en dos: desde la cima de los montes hacia el oeste fluyen los ríos que alimentan las aguas del Norud; al este, los ríos bajan tranquilos hacia el mar Tassiano.
    Las antiguas leyendas les dan aura sagrada, y cuentan que allí reposan, cubiertos de polvo y tierra, los huesos de los primeros gigantes.
  • Los ríos occidentales, el Lenas, principal afluente del Norud, y el Tass, que desciende entre los montes y se funde con el Lenas por el norte.
  • Los ríos orientales, conocidos como los espíritus gemelos, son Tauzenel que trae muerte— y Spalenel que trae vida—. Los ríos gemelos se miran desde su nacimiento pero nunca se tocan. Los antiguos chamanes leían sus augurios en sus aguas: cada estación de lluvias, uno se desborda un poco más que el otro, y ese desequilibrio era interpretado como una señal, indicando el espíritu predominante.

Ciudades y gobierno

Mapa de los kharvalatos leakhán de Tassia durante el siglo X de la Cuarta Edad
Tassia no posee ciudades. El territorio está dividido en kharvalatos, dominios tribales gobernados por un kharval, que ejerce su poder sobre una extensa región. Cada kharvalato mantiene su identidad y estructura, basadas en linajes, costumbres propias y alianzas cambiantes.
  • Kharvalato Tingya Kue: significa “Casta pura por siempre”, es el único kharvalato con una fortaleza amurallada permanente, ya que actúa como última línea de defensa frente a posibles ataques desde Sirdaria, Veolia y el bosque de Palindro. Conservan a la antigua Legión Negra como ejército de élite, conocida por su disciplina bélica y sus armaduras de metal negro. Sienten poco respeto por los demás kharvalatos, a cuyos khalvales consideran usurpadores. El kharval que lo gobierna pertenece a una línea de sangre directamente vinculada al mando militar de época imperial, y mantiene vivas las antiguas doctrinas de guerra del Imperio.
  • Kharvalato Mag’Tzagn: ocupa el norte de Tassia hasta la península de los Olvidados. Extremadamente ritualistas, descienden del linaje del Arak Arkanum, consejeros mágicos del Khalval supremo en época imperial. Por ello, mantienen un fuerte vínculo con la magia y se dice que su Kharval actual es un brujo obsesionado con la sangre demoníaca. Entre sus gentes hay un gran número de hechiceros.
  • Kharvalato Lut Kudtg: se extienden por la parte oriental de Tassia, hasta la frontera con Merón. Viven como los antiguos bárbaros tassianos; nómadas, salvajes y adaptados al ritmo de la estepa. Dividen su territorio en asentamientos temporales que se desplazan según las estaciones, los movimientos de los animales y las corrientes marinas. Aunque no poseen ciudades ni estructuras permanentes, mantienen un fuerte sentido de pertenencia tribal. Su Kharval es elegido cada veintiún años mediante un combate ritual a muerte, celebrado bajo la atenta mirada de Arkoron Kahn, quien arbitra desde una gigantesca hoguera.
  • Kharvalato de Gthedm: refugiados en los Montes Bajos de Tassia, viven aislados entre ríos y gargantas que los protegen. Tienen su origen en los seguidores del Sumo Sacerdote imperial, por lo que mantienen un gobierno teocrático donde el culto a Arkoron Kahn lo impregna todo. Adoran al Caudillo Ígneo a través de las grandes forjas instaladas en las profundidades de grutas y cuevas. Controlan las principales fuentes de mineral, por lo que sus armas son altamente apreciadas en el resto de kharvalatos.

Sociedad y cultura

La organización social de los leakhán sigue manteniendo un rígido sistema de castas que divide a su población en dos grandes grupos: Tingya y Jahat, aunque parece que cada kharvalato ha ido con el tiempo desarrollando pequeñas singularidades.

  • La casta Tingya: es la casta pura, a ella pertenecen los leakhán de sangre intacta, los leakhán que nunca se han mezclado. Si hay una nobleza leakhán, estos son los tingya. Son la élite y todos los cargos importantes del gobierno, la iglesia y la sociedad pertenecen a esta casta. También queda reservado a los tingya la militancia en la Legión negra.
  • La casta Jahat: conforman el grueso de la población. Son mestizos, descendientes de soldados leakhán y pueblos sometidos. Siguen sienddo leakhán, por lo que se consideran superiores al resto de razas, pero saben que su lugar está por debajo de los Tingya y tienen prohibido dirigirse a ellos sin permiso. Se conocen casos en los que esclavos liberados y extranjeros que han llegado a ganarse el derecho de pertenecer a esta casta. Aun así nunca serán considerados leakhán ni serán miembros de pleno derecho del kharvalato.

Por debajo de las castas, invisibles a ojos de los Tingya y despreciados por los Jahat, se encuentran los esclavos, que forman la base del sistema productivo en Tassia. Las minas, granjas y talleres dependen por completo de su esfuerzo, aunque siempre administradas por familias Jahat. Algunos esclavos son prisioneros de guerra o descendientes de pueblos sometidos, pero también se comercia con ellos como con cualquier mercancía.

Los gnomos, en particular, son esclavos muy codiciados. Su destreza manual, su ingenio técnico y su memoria prodigiosa los hacen útiles en tareas domésticas y de precisión. Los leakhán los consideran seres inferiores y ridículos, y no es raro que los Tingya los traten como si fueran mascotas exóticas.

Religión

En los kharvalatos la fe no ha muerto, y en el corazón de los clanes guerreros sigue ardiendo el nombre de Arkoron Kahn. Aunque muchos mercenarios aseguren rendir culto a Frenn, probablemente se trate de una cuestión de estrategia cuando cruzan las fronteras de Tassia.

No cantan el nombre del Oscuro en voz alta fuera de sus tierras. No en vano, un antiguo texto leakhán de época imperial dice:

“Nuestra voluntad es la de Arkoron Kahn. El Caudillo Ígneo. El Embaucador. El Señor de Todo. Nos sometemos a Trako. Aplicamos su doctrina y nos acogemos a su fe. De él hemos heredado la maestría del engaño. Aprendemos que el honor está en la victoria, y que sin victoria no hay honor. El camino recto del que se jactan otras razas más débiles no es más que un símbolo de su debilidad y vergüenza.”

Sus rituales son secretos; sus símbolos, mutables; si sigue existiendo una iglesia organizada o no, se desconoce. Lo poco que se sabe proviene de enemigos que escaparon con vida y de textos prohibidos rescatados del polvo.

Algunos aseguran que los kharvalatos creen que el caos entre sus tribus no es sino una prueba, un tiempo de purga antes del nacimiento de un nuevo Heraldo Oscuro, un caudillo que volverá a unirlos, a levantar el sol negro y a hacer temblar las tierras civilizadas dando inicio a la Era de la Oscuridad Absoluta.

Relaciones exteriores

Poco o nada se sabe de las intenciones de los leakhán, pero quienes conocen su historia tienen claro que una raza de tan poderosa sangre y tradición no podrá estar cautiva en la estepa Tassiana durante mucho tiempo.

No se conocen relaciones con otros territorios, más allá de sus aliados tradicionales, Udukán y posiblemente Kun. Más allá de estas conexiones, se cree que podrían tener contacto con otras regiones alineadas con las fuerzas del mal y la oscuridad, pero solamente son suposiciones.

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